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Los ministros de la CE adoptan un presupuesto que cubre prácticamente los deseos de la Comisión Europea

El Consejo de Ministros de los doce dio ayer un paso importante para evitar la crisis financiera que acecha a la Comunidad Europea (CE) al adoptar un proyecto de presupuesto para 1986 que safisface prácticamente las necesidades establecidas por la Comisión Europea. La actual presidencia británica del Consejo, la de la Comisión y la del Parlamento Europeo iniciaron ayer un triálogo en Estrasburgo para intentar establecer un presupuesto definitivo que, en el mejor de los casos, el órgano legislativo europeo aprobará el jueves, levantando así la amenaza de crisis financiera sin precedente que pesa sobre la Comunidad. De momento, el comité presupuestario del organismo parlamentario veía ayer con buenos ojos el nuevo proyecto.

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El proyecto presupuestario, al que los titulares de Hacienda dieron su luz verde al término de 15 horas de discusión, asciende a 35.078 millones de ECU (unidad de cuenta europea, unos 4,8 billones de pesetas, inferior en 47 millones de ECU al deseado por la Comisión, peiro superior en 1.775 millones al votado en diciembre por el Parlamento.A petición del Consejo de Ministros, el Tribunal Europeo de Justicia suspendió el pasado jueves por defecto de forma este último presupuesto, motivo por el cual se desarrolla, ahora esta negociación contra reloj entre titulares de Hacienda y eurodiputados para evitar que a partir del 1 de agosto la Comunidad se rija por los gastos de 1985.

El Consejo recurrió al Tribunal de Luxemburgo porque consideraba entonces excesivos los gastos previstos por el órgano legislativo, pero la creciente devaluación del ¡dólar, que obliga a incrementar las subvenciones a las exportaciones agrícolas europeas, y la subestimación del coste de la ampliación de la CE a España y Portugal ha incitado a los ministros a revisar al alza el presupuesto parlamentario.

El Norte contra el Sur

El debate, que concluyó pasadas las cuatro de la madrugada del martes, enfrentó al norte y centro de Europa -Alemania, Francia y Holanda- con el sur mediterráneo, formado por Italia, España, y Grecia, respaldados por Irlanda.

Mientras los primeros eran partidarios de incrementar prioritariamente las ayudas a su agricultura para que sea competitiva en el mercado mundial, los segundos preconizaban un aumento de los fondos estructurales, destinados a potenciar el desarrollo de las regiones más desfavorecidas y corregir así los desequilibrios intracomunitarios entre pobres y ricos.

Con relación al presupuesto del Parlamento, la propuesta de compromiso de la presidencia británica, finalmente aceptada ayer, estipula, tras varios retoques, un incremento de 1.100 millones de ECU de los subsidios agrícolas y de 650 millones de los mencionados fondos, 300 millones menos de los solicitados para este capítulo por la Comisión.

Por este motivo, las delegaciones italiana y griega se abstuvieron de dar su visto bueno al nuevo proyecto, pero tampoco impidieron su adopción, porque, según el secretario italiano del Tesoro, Carlo Fracanzi, "representa un paso adelante con relación a la primera proposición del Consejo, que era menos generosa con los fondos estructurales".

La Asamblea parlamentaria de Estrasburgo tiene aún la posibilidad de incrementar legalmente la cifra que le será sometida en unos 90 millones de ECU, pero esto supondría alcanzar este mismo año el techo de financiación de la Comunidad, cuyos recursos no pueden exceder por ahora el 1,4% del IVA recaudado por los doce Estados miembros.

A pesar de agotar prácticamente los recursos autorizados para el año en curso, el Consejo de Ministros se ve obligado en su propuesta a postergar hasta el próximo presupuesto de 1987 algunos pagos agrícolas, evaluados en unos 300 millones de ECU.

A causa de estos aplazamientos y del porcentaje límite de financiación autorizada, parece de antemano probable que la Comunidad tendrá de nuevo dificultades para hacer frente al previsible incremento de sus gastos en 1987 con su presupuesto del año próximo a menos que los doce acepten subir el techo de financiación del 1,4% a 1,6%, lo que por ahora solamente preconiza Grecia. Sólo, paradójicamente, podría salvarla del apuro una reevalución del dólar que estimulase la competitividad de sus productos agrícolas y permitiese disminuir las subvenciones.

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