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Tribuna:La Elipse
Tribuna
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1 martes

Fraga o el coloso en llamas. Al franquista Fraga lo han hecho un demócrata entre todos. La sombra del ciprés es alargada / la de Fraga es redonda, más humana. (A Miguel Delibes le han hecho hijo predilecto de Valladolid: me asombra que hayan esperado hasta ahora.) Miguel, en sus versos, decía "pino" donde yo digo Fraga. Fraga es como la gran pirámide que podemos visitar con un tour / operator por el desierto de la memoria franquista. Fraga es o era la pirámide y el faraón que estaba dentro (ahí mismo, en la calle de Géno va ), y los fraguistas de perfil, mayormente Alzaga, le dejaban comida todos los días a la momia más viva de nuestra derecha moMificada. Ahora, como no ha ganado las elecciones, Fraja es para los alzagas y los tíos Oscar del nacionalcatolicismo el colo so en llamas, ya digo, o lo que el viento se llevó, que le gusta más a Calviño (aunque siempre me ha dicho Máximo que no hay que utilizar en la prosa títulos de películas). Alzaga le retira la comida al faraón, que se comía tres escaños diarios, desayuno comida y cena, como las pastillas para la dispepsia. La derecha le critica a Ana Belén que después de los mítines rojos (no ha dado ningún mitin, que yo sepa) se compra los picaportes más caros de Madrid, los que anuncia Bertín Osborne. Aquí no se puede ser Fraga ni ser Ana Belén sin que el gentío se pongo borde. (No se puede, casi, ni ser Umbral.) Cenas con María Antonia Dans, Rafael Alberti, los Segrenes y así. En las cenas (no en todas) se larga contra el democatólico Alzaga, que está potenciando por contraste la silueta voluntarista de don Manuel. Alzaga o el beso de Judas, por seguir (perdona, Máximo) con las pelis.

3 jueves

Rocío Jurado anuncia que está pensando en operarse los bustos, es decir, en recortárselos. No puede ser. Los dos pechos de Rocío son como Ceuta y Melilla, como nuestras dos provincias africanas, y contra tal amputación o merma (de pechos o de provincias) la derecha desunida que glosábamos el martes tiene que aglutinarse, al fin, como un solo macho, en defensa de lo autóctono, de lo racial, de lo oretano. (Pechos como cordilleras.) Ahí tienen una causa, de Fraga o Roca, de Alzaga o Segurado, que está por encima de los partidismos, personalismos y rencillas que, según ellos mismos, les ¡m-, piden chupar más votos. Los pechos de Rocío Jurado, que respeto tanto como a ella misma (gran artista) son dos peñones de Gibraltar a los que no podemos renunciar como hemos renunciado al Rock por el entreguismo culpable del PSOE (el PSOE, ahora, es culpable de toda la Historia de España: la Historia le pasa la factura al que gana). Los pechos de RJ son, sí, como dos provincias altivas del Imperio, ahora que están en peligro: en peligro los pechos, las provincias y el Imperio mismo. Los pechos de Rocío son como las coaliciones de Fraga y Roca, dos magnos levantamientos naturales -"mayoría natural"- en la orografía española de tan ejemplar y practicable mujer. La derecha (e ignoro cuáles son las ideas políticas de Rocío, en todo caso respetables), que lo ha perdido todo en las elecciones, no puede perder también esas dos grímpolas y gallardetes de la españolidad hembra que son los senos inmensurables y levantados de la cantatriz. He visitado a la bellísima Amparo en su Bar Universal y me dice que los socialistas la han abandonado por el Hispano, en el barrio de Salamanca. Síntoma de que la izquierda estadística, que diría Borges, invade triunfalmente la zona nacional. La derecha tiene que hacerse fuerte en valores pares y tan recios como los de Rocío.

4 viernes

Ignacio Fontes: Poemas de ausencia. Singular periodista y prosista, Fontes nos asalta ahora con un libro / collage de grabados inquietantes y versos vivos.

6 domingo

Lo malo del aborto legal, en España, no es que sea eficaz, responsable, racional, sanitario. Lo malo es que es barato, y esto es lo que tiene en una llaga a las abortistas nacionales de toda la vida, que podían pagarse un aborto a precio de niño de oro. Por cinco millones de pesetas, aborto más o menos, han abortado 144 mujeres legalmente, en centros sanitarios de la Comunidad de Madrid. Y luego dicen que Leguina es caro. Llego, voy, agarro, cojo un papel y me pongo a echar cuentas que naturalmente no me salen. Pero la cuenta de la vieja, o de la joven, que es la que aborta, pueden echarla ustedes mismos por los dedos, a ojo de mal cubero (los buenos miden como es debido), o haciendo la cuenta de la lechera (algunas lecheras también abortan), y verán así por encima, y por debajo, que el aborto, económicamente, está tirado en la Seguridad Social. Se acabaron las brujas y celestinas del aborto negro (esta tarde hablo de La Celestina en el Centro Colón), como se acabó el aborto / charter en Londres, con botín de ropa post / post en King's Road. Como se acabó, quizá, el aborto de lujo aquí en Madrid mismo, que evitar un niño salía más caro que darle una carrera. No digo si el aborto es bueno o malo, porque no lo sé. Sólo digo que lo que más cabrea, en ciertas cases sociales, es que Leguina haya conseguido un aborto barato, la democratización de una necesidad social. Adiós, cigüeña, adiós.

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