Los dirigentes del PRD acuerdan pedir a Miquel Roca que se afilie al partido y "venga a Madrid"
El Comité Ejecutivo del Partido Reformista Democrático (PRD), reunido ayer por primera vez desde las elecciones del pasado 22 de junio, acordó pedir a Miquel Roca que se dé de alta como militante en el partido y pase a encabezarlo desde Madrid. Fuentes próximas a Roca -secretario general, por delegación, de Convergència Democrática de Catalunya- señalaron que veían "muy difícil" que esta consulta tenga éxito. Roca admitió: "Mi liderazgo ha perjudicado al reformismo", por "mi condición de catalán y mi militancia catalanista".
El PRD decidió también "continuar su actividad política", sin que las deudas contraídas signifiquen que el partido no pueda concurrir a las próximas elecciones municipales, aunque abrió un "período de reflexión" hasta septiembre.La mayor parte de los miembros de la ejecutiva reformista juzgó, al analizar los "catastróficos" resultados de las elecciones, en las que el PRD no obtuvo ni un solo escaño pese a cuantiosas inversiones publicitarias en la campaña, que la "ambigua" situación en que se había mantenido el líder de la operación reformista fue una de las principales causas del fracaso.
Por ello, acordaron iniciar una consulta con Roca para conocer si estaría dispuesto a abandonar su militancia en CDC, darse de alta en el PRD, "venir a Madrid" y liderar desde la capital una reactivación de la operación reformista. Ello supondría, dijeron medios próximos a Roca, que éste tendría que pasar al grupo parlamentario mixto, renunciando a ser portavoz de la Minoría Catalana, y esto es algo a lo que Roca parece no estar dispuesto en las actuales condiciones". El sector que pretendía una total desvinculación de Roca respecto del PRD, y una total independencia de este partido respecto de Convergencia catalana, quedó aparentemente en minoría durante la discusión.
Período de reflexión
Roca, que asistió tan solo durante la primera media hora a la reunión de la ejecutiva reformista partiendo luego hacia Barcelona, leyó una carta, dirigida al presidente del PRD, Antonio Garrigues, en la que reconocía: "Mi condición de catalán ha sido instrumentalizada constantemente como pasivo de nuestro proyecto"; "lo cierto es que el reformismo por sí solo, sin mi liderazgo, hubiera podido alcanzar mayores cotas de aceptación". También considera Roca como un obstáculo para la aceptación del electorado "la presentación no demagógica de un mensaje de europeidad y modernidad". La carta de Roca no contenía alusiones a las situaciones que algunos dirigentes reformistas consideraron "ambiguas", entre ellas el hecho de que Roca no pasase a militar formalmente en el PRD, partido por el que, no obstante, era candidato a la presidencia del Gobierno.Sin embargo, un comunicado hecho público ayer por la ejecutiva reformista sí subrayaba, en medio de grandes alabanzas a Roca -"no son ciertamente sus condiciones personales las que provocan la falta de apoyo electoral"-, la "pretendida ambigüedad de su relación personal con el proyecto en su conjunto".
La carta de Roca expresa la "disponibilidad" del político catalán para cuanto pueda decidir el PRD, cuya ejecutiva acordó ayer también abrir un "periodo de reflexión" hasta septiembre. Pero, a continuación, Roca se preguntaba "cómo debe articularse esta disponibilidad para no hacer inviable el proyecto".
Varios miembros de la ejecutiva del PRD criticaron privadamente que Roca abandonase tan pronto la reunión y que "no diese la cara" ante los periodistas, con los que sí se reunió Garrigues pese a que Roca intentó que se suspendiese, a última hora, una conferencia de prensa que había sido previamente anunciada para mediodía de ayer.
Varios ausentes
Tanto Garrigues como Pérez y otros dirigentes reformistas se mostraron, en cualquier caso, especialmente cautos y prudentes al referirse en público al inspirador de la operación, Roca, que, según un comunicado del PRD, era y sigue siendo en términos objetivos un candidato enteramente adecuado para ejercer la función a la que aspiraba". Sin embargo, medios próximos al presidente del PRD, que aparecía mucho más delgado que al inicio de la campaña electoral, destacaron que Garrigues se encuentra "muy molesto" por el hecho de haber sido desplazado al número dos en la candidatura de Madrid, tras Federico Carlos Sáinz de Robles, que, el pasado día 22, "no obtuvo ni la mitad de votos que Garrigues", cuando éste se presentó a la alcaldía de Madrid, en 1983.Tampoco asistieron a la reunión de la ejecutiva reformista los representantes de Unión Mallorquina -su líder, Jerónimo Albertí, pretextó tener trabajo en el Consell Insular y dijo que no había podido desplazarse a Madrid, y lo mismo alegó el secretario general, Fernando Vidal- ni los de Coalición Galega, partido éste no representado en la dirección del Partido Reformista Democrático (PRD), aunque haya asistido a sus encuentros más significativos. Garrigues mantendrá próximamente una entrevista con dirigentes de Coalición Galega, que han iniciado ya, de la mano del sector progresista del partido, un despegue respecto de la operación reformista.
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