El crecimiento económico, soporte de la apertura política en Corea del Sur
"La gran diferencia entre la situación política en Corea del Sur y la de otros países asiáticos radica en la situación económica", comentan fuentes del gubernamental Partido de la Justicia Democrática (PJD), que rechazan toda comparación o paralelismo entre Corea del Sur y Filipinas, donde la presión popular, junto al carisma de Cory Aquino y la revuelta de un grupo de militares, derrocó al presidente Ferdinand Marcos, a finales del pasado mes de febrero."Hace 20 años éramos una nación pobre, dependiente de la agricultura y destrozada por la guerra provocada por los comunistas del Norte",, insisten en el Ministerio de Información surcoreano. "Y hoy", añaden, "nuestra economía crece a un ritmo anual del 8% del producto interior bruto".
'Milagro' mal repartido
Un paseo por el centro de Seúl, una ciudad con más de nueve millones de habitantes, basta para contemplar las decenas de nuevas construcciones de edificios en un centro de intensa actividad económica. El desempleo es sólo del 2%, y los coreanos, al estilo de los japoneses, parecen plenamente, conscientes de que la prosperidad económica del país depende del esfuerzo colectivo.
"Gracias a esa estabilidad económica será posible una liberalización política sin sobresaltos", estiman en el PJD.
Sin embargo, desde la oposición, líderes como Kim Dae Jung ,consideran que la distribución de la riqueza del desarrollo del milagro económico surcoreano es desproporcionada. "Además", apunta Kim Dae Jung, las empresas practican despidos selectivos de los sindicalistas que participan en acciones políticas prodemocráticas, y hay listas negras que impiden encontrar trabajo en otras empresas".
La situación del cambio político, tras la formación, el pasado martes, de una comisión en la que participan personalidades del Gobierno y de la oposición, para elaborar una reforma constitucional, se desarrollará en un clima económico estable, a menos que lo estropee la fuerte corriente proteccionista en Estados Unidos y los países de la Comunidad Europea, donde cada vez se ve con mayor temor la entrada de productos made in Korea.
En la reunión de la comisión comercial coreano-norteamericana, celebrada esta semana en Seúl, la delegación estadounidense insistió en una mayor apertura del mercado de Corea del Sur a los productos norteamericanos. También pidió moderación en las exportaciones de Corea del Sur hacia Estados Unidos.
Gracias a la política comercial coreana, al estilo japonés, con exportaciones de calidad y a bajo precio, los productos, surcoreanos que llegan al mercado norteamericano van desde los tradicionales textiles hasta los automóviles (la firma de la marca Hyundai copa con éxito el 21 % del mercado de importación automovilística en Canadá), o los televisores, vídeos y ordenado res, sin olvidar que Corea del Sur fabricó el pasado año el 14% de la producción mundial de barcos de gran tonelaje.
Deuda controlable
"El promedio de la jornada laboral semanal es de 57 horas", expone el profesor Lee Kye Sik, del Instituto de Desarrollo de Corea, que no atribuye excesiva importancia a que Corea del Sur figure entre el grupo de los cinco países más endeudados del mundo. "La situación de la deuda externa es controlable", expone el profesor Lee. Recuerda que a finales de la semana pasada Corea del Sur decidió aplazar la utilización de un crédito de 500 millones de dólares (71.000 millones de pesetas), con gran sorpresa de los bancos japoneses, norteamericanos y europeos, en un caso sin precedentes, según los círculos bancarios de Hong Kong.
La constante revalorización del yen japonés, en relación con el dólar, es otro de los factores que contribuyen al crecimiento de las exportaciones de productos surcoreanos, principalmente a Estados Unidos, donde el consumidor mira únicamente los precios.
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