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MEXICO 86

Manuel Amorós

Hijo de un albañil español, está entre los mejores de la selección francesa

Manuel Amorós reconoce que tanto a él como a Luis Fernández, el otro español de la selección francesa, les pasa a menudo por la cabeza la misma reflexión que a muchos aficionados españoles. Es decir, "por qué nosotros, hijos de españoles, no estamos jugando en la selección española". Amorós reconoce: "En mi caso la solución a este dilema fue muy sencilla. Yo nací en Nimes (Francia), y cuando legalmente tuve que abandonar el pasaporte de mi padre ya estaba jugando en el Mónaco. Por tanto, mi decisión fue muy clara: había nacido en Francia, me sentía francés y, además, tenía todo un futuro en el Mónaco".No conoce a Carolina ni siquiera a Estefanía de Mónaco. La verdad es que le importa bien poco. Lleva 10 años viviendo en Mónaco y cree que terminará su vida, allí. ¿Qué se siente viviendo en Mónaco y jugando en la Liga francesa? "La verdad es que no nos sentimos franceses. En Mónaco viven y trabajan gentes de varias nacionalidades, fundamentalmente franceses e italianos. El Mónaco siempre se ha distinguido por ser un equipo que defiende el fútbol artístico".

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Llega el ojeador

Manuel nació en Nimes el 1 de febrero de 1962. Empezó a jugar en la escuela de Lunel, donde firmó su primera licencia futbolística. "Estando allí me ofrecieron ingresar en los cadetes del Lunel. Un día vino un señor a ver uno de nuestros partidos. Una vez terminado el encuentro, aquel caballero, que resultó ser Alberto Muro, ojeador del Mónaco, me ofreció la posibilidad de trasladarme a Mónaco para realizar un stage con el equipo cadete". Manuel tenía entonces 15 años, y cuando llegó a casa le explicó a su padre que un señor le había pedido que le acompañase a Mónaco para hacer una prueba. Papá Amorós puso el grito en el cielo: "Ni prueba ni nada. ¿Cómo te vas a ir solo?". Muro, que había visto buenas maneras en el chaval, no tardó ni 24 horas en tocar el timbre de la casa del señor Amorós y convencerle. En 1982 consiguió la Liga, en 1984 se proclamó campeón de Europa con Francia.

Manuel suele levantarse a las ocho de la mañana y desayuna a las 8.15 en compañía de Lotta. De 9.30 a 11.30 tiene la primera sesión de entrenamiento. A las 12.30 almuerza en su casa, y "tengo la costumbre, muy española, de hacer siesta".

Manuel, cuyo padre es un ferviente admirador del Real Madrid, no duda un segundo cuando le piden que recuerde el momento más hermoso de su vida: "El día que me casé con Lotta". Ése y el día que vencieron a Brasil. "Sí, fue emocionante, sobre todo por los penaltis. Recuerdo que Bats se negó a ver el último lanzamiento de Luis Fernández". Bats ha reconocido que se enteró de que estaban clasificados "simplemente al verle la cara a Manuel. Tenía el rostro desencajado, le había entrado la locura de la alegría. Entonces supe que habíamos ganado".

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