Francia interpreta el retorno de los secuestrados como un éxito de Chirac

La liberación de dos miembros del equipo de televisión de Antenne 2 ha sido acogida en París como un éxito personal del primer ministro, Jacques Chirac, que tomó posesión hace sólo tres meses y que heredó una situación envenenada. "Chirac ha logrado establecer una negociación seria que comienza a dar sus primeros frutos", asegura un portavoz diplomático.

El presidente de la República, François Mitterrand, que es en teoría el máximo responsable de las relaciones exteriores de Francia, ha quedado completamente al margen de las conversaciones, como lo demuestra el comunicado hecho público por el Elíseo, dando parte escuetamente de su alegría.

El primer ministro francés ha basado su estrategia en el convencimiento de que no es posible solucionar el problema de los rehenes sin normalizar antes las relaciones con Teherán. En su primer discurso ante la Asamblea Nacional, Chirac extendió la mano al régimen de Jomeini y calificó a Irán de gran país" con el que esperaba reanudar los lazos de amistad.

El mensaje fue recibido y pocas semanas después llegó a París, en visita oficial, por primera vez desde la revolución, una alta personalidad irani, el viceprimer ministro Ali Reza Moayeri.

Las negociaciones se centraron en tres puntos: devolución por parte de Francia de un préstamos de 1.500 millones de dólares (más de 210.000 millones de pesetas) concedidos en la época del Sha, control de las actividades de los muyaidines del pueblo, exiliados cerca de París desde 1981, y reequilibrio de la postura francesa en la guerra del Golfo.

Chirac afirmó públicamente que Francia no modificaría su apoyo a Irak, de quien se considera aliado, pero demostró inmediatamente su buena voluntad en los otros capítulos del contencioso: una delegación viajó a Teherán para negociar el problema de la deuda y el dirigente de los muyaidines Masud Radyavi, fue invitado el pasado día 7 a abandonar territorio de Francia, con todos sus seguidores.