La ley antiterrorista
En su página editorial del 18 se dice: "Pero es imposible no sentir repugnancia ante el vacío moral de quienes no ven contradicción entre reclamar el respeto a los derechos humanos propios y su negación a todos los que los mismos terroristas sitúan al otro lado de la raya". Y luego: "Esa ETA (y sus vicarios) que exige plenas garantías juríodicas y procesales cada vez que uno de sus pistoleros comparece ante los tribunales, pero se considera legitimada para procesar, juzgar, condenar y ejecutar a las personas por ella elegidas como víctimas".No varnos a defender de ninguna manera los actos de estos ciudadanos, pero la ley está obligada a proteger eficazmente a las personas sujetas a su custodia contra cualquier irregularidad en el trato fisico o psíquico que se las dé. El editorialista intenta quebrantar la firmeza de este principio, arrojar sombras sobre la integridad de quienes exigen su cumplimiento y hacerle un quite al Gobierno, a quien la ley antiterroristaresta solvencia moral y jurídica.
Todos debemos exigir que las imperfectas "garantías jurídicas y procesales" que hay se apliquen plenamente a todos. En este sentido, la publicación de esta carta es poco menos que exigible, pues si se contempla la figura jurídica de la "apología del terrorismo", tampoco pueden dejarse cabos sueltos en la abolición de la tortura.
En otro lugar de la página sitúan ustedes a Izquierda Unida "a la izquierda del PSOE". A muchos lo que nos importa cada vez más es quién está y quién no (llámese González, Cebrián, Ruiz-Giménez o José María Mohedano) a la izquierda de la ley antiterrorista, de la ley de fugas, del paseo, de la pena de muerte, del militarismo, del apartheid, del tráfico de armas. En tiempo electoral y en todo tiempo.-
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