Calderé y Víctor hicieron el trabajo sucio contra los daneses
Hubo dos jugadores de la. selección española en el partido contra Dinamarca que tuvieron una labor silenciosa: Calderé y Víctor. El primero fue quien se dio cuenta de que había que lanzarse a bayoneta calada contra los daneses, y, en un momento dado, decidió que a esos tipos tan altos, rubios y, al decir de las señoras, más guapos que él, había que presionarles para que no jugasen el balón con tranquilidad. Calderé le hizo una señal a Víctor y los dos comenzaron a echarse encima de los rubios. Ambos realizaron el trabajo sucio con una limpieza y calidad que no han pasado inadvertidas a los especialistas.Calderé ha prometido ir en bicicleta desde Barcelona a su pueblo natal, Vila-Rodona (Taragona), si España gana el Mundial. Y ahora anda también pendiente del interés mostrado, según insinúa a sus más allegados, por un equipo italiano, la Fiorentina, que, según se asegura, desea conocer la situación contractual del jugador barcelonista.
Víctor, segundo elemento de la sociedad en el centro del campo, tiene muy claro que si España sigue haciendo presión en la media, puede realizar grandes cosas. "El problema principal para desarrollar el pressing era el del calor, pero con la preparación que hemos tenido cada vez noto que el equipo está mejor y en disposición de poder realizarlo", dijo.
Para Víctor, no es de extrañar que la labor de conjunto que realiza España sea el factor determinante de los últimos éxitos: "Por ejemplo", dice, "contra Dinamarca hubo algo que dio seguridad inicialmente: la actuación de Zubizarreta. Y es que cuando ves que los contrarios tiran y el portero se las coge todas, eso te hace sentir más confianza. Ante los daneses, además, se amarró muy bien atrás; esto hizo que el centro del campo marcase también con sacrificio y que llegasen buenos balones en los contragolpes a los delanteros".
El criticado Gallego
Por atrás, la baja de Maceda había sembrado semanas atrás el desconcierto y la inquietud en el equipo. Su puesto iba a ser cubierto por un jugador capaz de ser el amo del asunto en los partidos importantes, pero irregular y criticado por su forma de desenvolverse en buen número de encuentros que a lo largo de la temporada se realizan. Gallego, contra Dinamarca, hizo un partido espléndido, él admite que "probablemente uno de los mejores en la selección".
Pero Gallego no acaba de caer en gracia, como él mismo afirma, quizá por esa condición irregular que le hace perderse en gran parte de los partidos que su mentalidad considera menores, aunque sea de forma inconsciente. "Lo que ocurre también", decía horas después del partido contra los daneses, "es que por mi forma de ser no caigo simpático a mucha gente y creo que muchas veces las críticas deportivas que se me hacen son injustas".
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