John Tingstedt

un ciudadano sueco de 77 años, regresó esta semana a su país tras haber estado encerrado durante 37 años en un hospital psiquiátrico de Gallapoli, en el estado de Ohio. Tingstedt había emigrado a los Estados Unidos en los años veinte y se había casado allí con una compatriota, con la cual tuvo una hija. Durante un viaje de su mujer e hija a Suecia, John comenzó a padecer de ataques epilépticos luego de haber tenido un grave accidente automovilístico y, como era norma entonces en aquel país, fue internado en un manicomio. El hombre perdió todo contacto con su familia, que pensó que aquél había decidido abandonarla. A través de un psicólogo amigo que se interesó en el caso, la hija pudo por fin ubicar a su padre y rescatarlo del hospital tras probar que su estado mental era totalmente normal, aparte de que en casi 30 años no ha vuelto a tener ningún ataque de epilepsia. Cansado y sintiéndose un tanto extraño en su pueblo de Smaland después de 57 años de ausencia -37 de los cuales en un manicomio-, Tingstedt está ahora en Suecia, aunque tiene billete de regreso, según informa Ricardo Moreno desde Estocolmo.