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MEXICO 86

La selección danesa piensa ya en la final

J. D. G. La selección danesa, que hoy se enfrenta a la española, piensa ya en la final del Mundial. No es que menosprecie al rival, es que tiene seguridad en sí misma. Su progresión es tal que los jugadores entienden que el final del camino sólo puede ser la Copa del Mundo. Ya han superado demasiadas adversidades -fue primera en el grupo de la muerte - como para temer hoy una eliminación. El equipo danés es, al fin y al cabo, una selección formada por gran parte de los mejores jugadores que hay en el fútbol europeo.

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Dinamarca ha revolucionado el fútbol y se ha convertido en uno de los equipos revelación. Ya ha superado con notable éxito la primera fase del Mundial, arrasando en el llamado grupo de la muerte (formado también por RFA, Uruguay y Escocia).España será hoy su escollo, que le resultó insalvable en la semifinal de la Copa de Europa de hace dos años, en Francia. Varios factores se han conjugado para hacer de la legión extranjera danesa el equipo de la década: la derogación de una normativa que impedía actuar con la selección a los jugadores exportados, una cláusula que permite a los futbolistas jugar nueve partidos al año con la selección estén donde estén, y un patrocinio comercial.

En 1984, Dinamarca ya se clasificó tercera de Europa por los resultados obtenidos; en 1985 su balance la llevó al segundo lugar y en 1986 pretende convertirse en el primer equipo del mundo. Para ello, Sepp Piontek, seleccionador y una de las claves del éxito, ha sabido armonizar la calidad individual de magníficos futbolistas daneses diseminados por Europa en un bloque que practica lo que en la década anterior se dio en llamar fútbol total, de aquella espléndida naranja mecánica de Holanda que dirigía Johan Cruyff

Dinamarca se ha movido siempre en un fútbol aficionado del que comenzó a salir el 12 de mayo de 1971, días después de un 5-0 que la selección encajó en Oporto frente a Portugal. Hasta ese momento la federación danesa se oponía a que en la selección actuasen jugadores que militaran en equipos extranjeros. Desde esa fecha se derogó la norma y los profesionales en conjuntos extranjeros pudieron comenzar a vestir la camiseta nacional. Siete años después se autorizó el fútbol profesional en Dinamarca

Aparte de Sepp Piontek, que ha dotado a la selección de un fútbol espectacular, otros dos factores han contribuido a esta explosión. El primero, una norma que afecta a los países de la Comunidad Europea, y a la que se acoge la federación danesa, por la que los futbolistas que fichen por equipos extranjeros incluyen una cláusula en sus contratos para que puedan jugar, de ser convocados, nueve partidos internacionales al año.

La obligatoriedad de esta cláusula es trascendental para el fútbol danés porque en la temporada 1985-1986 alrededor de 50 de sus futbolistas estaban repartidos en equipos de Austria, Bélgica, Inglaterra, Francia, RFA, Holanda, Italia, Portugal, España, Suiza y hasta Estados Unidos.

Alineación estelar

Reuniendo a sus jugadores, Dinamarca ha logrado un equipo espléndido. Bajo el marco juega hoy Hoegh, que empezó el Mundial como tercer portero, pero que actuó contra la RFA con excelente resultado. En defensa están Busk, Nielsen (Feyenoord), Morten Olsen (Anderlecht) y Andersen (Anderlecht); en la media se mueve una de sus estrellas, Lerby (Bayern Munich), y alrededor suyo, Bergreen (Pisa), Jesper Olsen (Manchester United) Ymolby (Liverpool) o Sivebaek (Manchester United);, y arriba, Eljkaer-Larsen (Verona) y Laudrup (Juventus). El seleccionador, Piontek, no puede contar con los medios Bertelsen, lesionado, y Arnesen, sancionado.

El segundo factor del éxito tiene connotaciones económicas. Se trata del patrocinio de la marca de cerveza CarIsberg, que abona unas cantidades importantes a cambio de que su nombre aparezca en las ropas de paseo y entrenamiento de los jugadores de la selección. En 1985, por ejemplo, entregó 280.000 dólares (casi 40 millones de pesetas).

Esta explosión del fútbol en Dinamarca ha convertido a sus algo más de cinco millones de habitantes en auténticos hinchas de la selección. Aficionados, directivos, técnicos y jugadores viven un romance social que se manifiesta en masivos desplazamientos allí de juegue el equipo nacional. En México ya es célebre el estribillo que cantan los 5.000 seguidores daneses enfundados en sus camisetas rojas y blancas: "We are red,/ we are white, / we are Danish dynamite" ("Somos rojos,/ somos blancos, / somos dinamita danesa").

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