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MÉXICO 86

La 'pared'

"El fútbol es pared". La frase corresponde a Omar Sivori, uno de los muchos genios que el fútbol suramericano ha dado a Europa. Sivori estuvo en el Nápoles y la Juventus durante los años sesenta y recreó con su juego individual, pero también con su facilidad para hacer y devolver paredes.La pared es una suerte sencilla que ahorra esfuerzos al jugador y, por tanto, al equipo. Un adversario puede ser dejado en el camino sin necesidad de regatearlo. Basta con hacer rebotar el balón en una pared junto a él y correr para recogerlo a sus espaldas. Si en vez de la pared hay un compañero, las posibilidades se multiplican.

La clave de una buena pared es la devolución. El hombre que actúa de pared es tan importante o más que el que lanza el pase. La devolución no debe ser ni demasiado corta ni demasiado larga. Debe producirse en el tiempo justo, ni muy pronto ni muy tarde. En ocasiones conviene que sea muy rápida, para lo que el hombre que recibe tendrá que devolver con el exterior del pie; otras veces convendrá marcar una pausa, mientras llega el que ha lanzado el pase a una zona descongestionada.

La tarea del hombre que recibe el pase y actúa de pared no termina con la primera devolución. Debe volverse y acompañar la jugada porque, a su vez, puede recibir una devolución del compañero si por detrás de la jugada aún queda otro defensa y todavía es necesario limpiar el camino. La pared se produce en todo el campo. La utiliza la defensa para superar la presión del contrario, el centro del campo para ganar metros y, sobre todo, el ataque para avanzar.

Otra forma de pared es el delantero alto que salta en el área no para rematar, sino para bajar el balón de cabeza al compañero que ha lanzado el pase o a algún otro. En cualquiera de los dos casos, actúa igualmente como pared, para hacer rebotar el balón y dirigirlo al punto de remate.

Coutinho, compañero de Pelé en el Santos, Bertoni o Hugo Sánchez han sido, esplendidos reboteadores de paredes. Brasil marcó un gol de lujo ante Irlanda del Norte en espléndida pared, en la que el lanzador y receptor fue Careca y la tarea de reboteador la hizo Zico. La alegría del juego de los últimos minutos de Brasil le permitió expresar a la perfección esta jugada, la más sencilla y positiva del fútbol.

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