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MÉXICO 86

Brasil venció y recuperó el brillo de Zico

ENVIADO ESPECIALBrasil se impuso sin ningún problema a Irlanda y confirmó el primer puesto del grupo D, aunque lo más positivo radicó en el debú de Zico en el Mundial, ya en el segundo tiempo. Los irlandeses se marchan tras haber dejado un mal sabor de boca, aun que su seleccionador, Billy Bingham, no volverá a modificar las convicciones del carácter irlandés si su equipo vuelve a llegar a otra fase final. En el Mundial de España, Bingham llegó a decir: "¿Que los españoles sólo beben agua, peor para ellos?". Los irlandeses dejaron huella en el 82 por su probado amor a la cerveza, pero aquí, en Guadalajara, sólo se les ha permitido echar mano de la jarra después de cada encuentro. Y en los partidos los irlandeses han estado desorientados.

Telé Santana introdujo dos modificaciones en su equipo. Dio entrada al defensa Josimar, un lateral derecho clásico al que el seleccionador brasileño prefirió utilizar para no verse obligado a adaptar a esta función al centrocampista Alemâo con lo que evitó los problemas que tuvo Brasil contra Argelia cuando se retiró lesionado el lateral titular Edson. Y, además, puso desde el, inicio al veloz Muller, en lugar de Casagrande. Muller, que había sido utilizado por Santana en los partidos anteriores como una especie de recurso Sarabia, volvió a acreditar su punta de velocidad y batió dos marcas: en 10 minutos Donaghy ya le había hecho cuatro faltas, y a los 16 facilitó con un espléndido centro raso el gol de Careca. Pero Muller, que había declarado en vísperas del partido que "con la ayuda de Dios acabaré el Mundial de titular", tuvo que retirarse lesionado poco después al acusar la fuerte entrada en la jugada del gol.

Brasil jugó a su aire, es decir, sin contagiar ningún ritmo a su bailona torcida, e Irlanda lo hizo al suyo, muy mal. Sólo la experiencia del meta Jennings retrasé el segundo gol.

El segunto tiempo sólo tuvo la historia del clamor de la torcida: Zico, Zico, Zico!. Y es que, por fin, pudo debutar el ídolo brasileño en el Mundial. Salió en el minuto 23, y aunque se limitó a ir rodándose, dejó ver en algunos envíos largos y en la triangulación en corto su contrastada calidad. De él vino el pase que permitió apuntillar el encuentro a Brasil y la torcida se marchó del estadio con la esperanza puesta en Zico y con la imagen de su brillante aportación.

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