_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Narración

Prácticamente todo el mundo que quiere leer un libro, e incluso se dispone materialmente a hacerlo, elige la narración. Los editores están bien apercibidos de esta realidad. La gente en lectura ascendente se recluta entre las mujeres y, en general, los lectores son como chicas que desean ser recreadas con el relato. Frente al lector macho y duro que se identificaba con la erección de ideas enervadas de rigor se expande este lector hembra que se echa con blandura, de costado, y sigue la melodía de la narración. Todo el juego del discurrir intelectual, la arquitectura de la inteligencia en estado neto, es sucedida por la carnalidad del relato. Los novelistas maestran sus rostros en la contracubierta como una oferta asociada a la escritura. Y tal como el modelo de los autores norteamericanos, que se desabrochan la pechera o se alborotan el pelo, hablan de sí como una entrega de sus tatuajes personales. El lector -lectora-es un potencial. amante del autor, hace el amor, la compra, el safari o la digestión con él, recibe o repudia sus muslos, busca adentrarse, en fin, en una aventura humana donde la literatura es sólo el pretexto para haberse conocido. Los ensayistas llevaban lentes y enseñaban un aspecto que, por lo común, además de abreviar sus encantos, ponía en un misterio sus dotes de penetración espiritual. Los ensayistas, a qué negarlo, han ofrecido las más de las veces una fisonomía que atraía al grupo menos lucido de las mujeres. Chicas despeinadas y vestidas sin tino. El novelista, por el contrario, es hoy un seductor frontal y puede aspirar a dormir con una actriz. Al margen del valor de la escritura, su patrimonio reside en su propia atracción. Más aún: basta con lanzarse a contar una historia para otorgarse con ello la fama de haber vivido más allá de aquello que se pueda resistir sin ser escrito. Por antonomasia, el novelista es hoy una oportunidad de emoción. ¿Las ideas? ¿La pasión de las ideas? Cada ensayista actual, con una escuálida venta de ejemplares, es la metáfora de un hueso frío y mondo. Incompatible con la voracidad de consumir con el hambre de amar y con el placer de sentir y no saber, al fin, nada de nada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_