Los presidentes del INI y de Volkswagen firmaron la venta del 51% de las acciones de Seat a la multinacional alemana
ALBERTO VALVERDE ENVIADO ESPECIAL En una ceremonia caracterizada por su frialdad teutona, y con una hora de retraso sobre el horario previsto debido a problemas jurídico-fiscales de última hora, Luis Carlos Croissier y Carl Haluí, presidentes M Instituto Nacional de Industria (INI) y M grupo alemán Volkswagen-Audi, firmaron ayer en Ginebra el acuerdo definitivo por el que la compañía automorfística Seat abandona el sector público español y se integra, en un 51%, en el grupo germano. La firma del acuerdo estuvo precedida de media hora de negociación aparentemente tirante.
Muy pocas palabras fueron intercambiadas entre los presidentes de los dos grupos después del acto de la firma, quizá reflejando el cansancio de unas negociaciones que se plantearon hace ya más de seis años y que fueron aceleradas en el último año. La firma se formalizó en Ginebra por una cuestión jurídica, ya que será el Tribunal Internacional de Comercio de esta ciudad suiza el que dirimirá cualquier problema de interpretación del texto en lengua inglesa rubricado ayer. Por decisión alemana, no hubo declaraciones posteriores a la prensa e incluso algunos de los directivos del grupo Volkswagen mostraron su disconformidad hasta muy última hora por la presencia de las cámaras de televisión y de media, docena de periodistas españoles."Se ha acordado que las declaraciones se harán cuando se materialice el pago y quede configurado el primer consejo de administración de la nueva sociedad", manifestó uno de los representantes alemanes. "Hemos aceptado las cámaras por pura cortesía y porque entendemos que la firma del acuerdo puede ser interpretada como un acto histórico en España", añadió.
La única novedad del acto es la confirmación de que Juan Antonio Díaz Alvarez, presidente de la Seat pública española, no pertenecerá al futuro consejo de administración y quedará relegado a un puesto de máxima responsabilidad ejecutiva como director general. Será el doctor Werner SchinidIt, director comercial de Volkswagen y miembro del consejo de vigilancia, quien presidirá el consejo de administración de la nueva Seat, que estará compuesto por 11 miembros: cinco españoles y seis alemanes. Los españoles serán todos directivos del INI: Javier Álvarez Vara, Javier Vega de Seoane, Javier Salas, Ignacio Cubillo y José Manuel García Hermoso. Los seis restantes serán alemanes y miembros todos del consejo de vigilancia de VW.
Las inversiones
Volkswagen prevé invertir medio billón de pesetas aproximadamente, entre 1986 y 1995, en su nueva filial española. La cifra, aún no establecida en el plan industrial de una manera definitiva, dependerá de la mayor decisión que tendrá que adoptar la nueva gerencia en los próximos meses: qué hacer con la vieja planta de montaje de automóviles de la zona franca de Barcelona. Existen dos opciones, modernizarla o construir una nueva. Si la planta se moderniza, lo que es improbable, las inversiones disminuirán, pero si se construye una nueva en los terrenos ya adquiridos de Martorell, la cifra global superará el medio billón de pesetas.
Además de las aportaciones de capital previstas en los acuerdos (40.800 millones ayer por el 51% de las acciones; otros 40.000 millones por un 245,0 antes de fin de año, y el 25% restante antes de 1990), Volkswagen aportará dinero en capital para mejorar la relación de recursos propios / ajenos a medida que se materialicen las inversiones.
El plan industrial calcula que la nueva Seat fabricará más coches y más variados sus modelos, que la vieja. En 1993 se piensa alcanzar las 412.000 unidades, cifra jamás alcanzada por Seat.
El empleo probablemente nunca llegará a ser de 32.000 personas, como Seat tenía en 1979, pero algunos hombres de VW aseguran que no tiene por qué quedarse a medio plazo por debajo de los 23.000 trabajadores actuales. Pero, el objetivo a corto plazo es reducir la plantilla en unas 3.000 o 4.000 personas.
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