Giovanni Gozzer

La biografía profesional de Giovanni Gozzer, 70 años, catedrático de Sociología de la Educación de la universidad italiana de Trento y ex director del Centro Europeo de Educación, se expresa en una larga lista de actividades y publicaciones relacionadas con el mundo de la, didáctica, de la programación y de las reformas de los sistemas escolares. Su vinculación con el sistema español, por ejemplo, se relaciona con el proceso de elaboración de la ley general de Educación de 1970, la última gran reforma de nuestro sistema escolar.

Gozzer intervino entonces como asesor del equipo técnico que preparó el anteproyecto de la llamada ley Villar y, 16 años después, sigue profundamente interesado por el acontecer diario de la vida educativa en España, un país al que augura "un futuro espléndido". Y lo dice con un entusiasmo contagioso: "Tengo una confianza absoluta en las posibilidades de este país, de sus gentes, que están llenas de vida y de imaginación".Esta nueva visita a España del profesor Gozzer se debe a que ha sido invitado por la Fundación Santillana para pronunciar una conferencia sobre La calidad de la enseñanza en las escuelas de la Comunidad Europea. Su disertación tendrá lugar esta tarde en la sede de la fundación y en el acto de entrega de premios del VIII Concurso de Experiencias Escolares de Editorial Santillana.

Pese a su permanente dedicación a la enseñanza, Gozzer evita deliberadamente utilizar la expresión educación, porque piensa que se trata de un concepto demasiado abstracto y que trasciende a la realidad de la escuela, que es a la que prefiere dedicar toda su atención. Y esa observación de la realidad escolar le ha llevado a reflexionar sobre la calidad de la enseñanza, "un problema que se ha convertido en el eje de la preocupación de todos los países desarrollados". Cree que en gran parte el problema deriva de la excesiva intervención del Estado". "El verdadero problema de la libertad está ahí", subraya; pero se apresura a precisar que generalmente esta cuestión se deforma, por razones ideológicas históricas, al limitarse a una pugna entre instituciones (en países como Italia y España, fundamentalmente, entre el Estado y la Iglesia) sobre quién detenta el poder cultural y educativo. Para el profesor italiano, la cuestión es de otra índole: "Se trata de que el Estado tiene que revisar su papel. La Iglesia católica, tan conservadora por naturaleza, se planteó, en el Concilio Vaticano II, una reflexión en profundidad sobre sí misma, sobre sus relaciones con la sociedad civil; pero el omnipresente Estado no parece sentir la necesidad de una reflexión semejante acerca de cuál debe ser su papel en cuestiones tan trascendentales como la educación o la .cultura".

Al profesor Gozzer le gusta autodefinirse como un "católico augsburguiano", para acentuar su concepción liberal de la religión, y a este respecto, recuerda alguna amable controversia con el cardenal Montini, más tarde papa Pablo VI, a propósito de si la escuela debe ser o no el cauce para la catequesis. Desde esta perspectiva, parece claro que su rechazo del intervencionismo del Estado tiene fundamentalmente que ver con su absoluto rechazo de la burocratización de la enseñanza. "El Estado organiza al profesorado, dicta los contenidos de la enseñanza, legisla, controla y, con todo ello, lo funcionariza y lo burocratiza todo. Ahí reside la raíz del problema".