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MÉXICO 86

El balón y la altitud

La altitud de México (2.238 en México, DF) no sólo influye en la oxigenación de los jugadores, sino también en la conducta del balón. Éste encuentra menor resistencia en sus desplazamientos y, por tanto, se mueve más rápidamente y toma los efectos con mayor viveza. Los porteros están preocupados por ello.El anterior Mundial de México, en 1970, ya reflejó este aspecto del juego. Entraron bastantes goles de golpes francos y ahora se espera que ocurra lo mismo. El disparo desde larga distancia también podrá verse reforzado. De aquel Mundial quedó para el recuerdo un disparo de Pelé desde su propio campo contra Checoslovaquia. El genial brasileño vio al meta Viktor adelantado e intentó sorprenderle con su tiro. Salió fuera, por escasos centímetros, junto a la escuadra izquierda. Pelé, dominador de todos los recursos, trató de explotar en esta jugada esa ventaja natural, que le ofrecía la altitud de México. Precisamente, con un tiro de descomunal dureza, desde fuera del área, obra. de Gerson, desequilibró Brasil el partido final, contra Italia, y con otro de dureza terrorífica, de Carlos Alberto, cerró la goleada con que ganó el título.

Otro aspecto en el que se hará notar la diferente conducta del balón es el desplazamiento largo, los pases a 40 o más metros de distancia. La menor resistencia que encontrará el balón puede hacer que con frecuencia esos lanzamientos queden demasiado largos y, de hecho, obliga a los jugadores especialistas en ellos a adecuar su toque de balón a estas circunstancias. La fase de adaptación a la altura ha tenido así dos aspectos que vigilar: la preparación física y la adecuación del toque de balón a las circunstancias de México.

El Azteca, que así se llama este balón, es descendiente directo del Tango, creado para el Mundial de Argentina, 78. La introducción de nuevos materiales en aquella ocasión dio lugar a un balón que, aunque si no se le golpeaba bien acusaba más pifias, cuando era bien atacado por la bota, salía más fuerte y tomaba mucho mejor los efectos. Del mismo tipo, porque es prácticamente el mismo balón, es el Azteca. Es, por tanto, por sus propias condiciones naturales y por la altitud de México un balón rápido y vivo, con el que los mejores jugadores podrán explotar todas sus virtudes de toque.

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