'Telé' Santana anuncia que su equipo jugará a la defensiva
Telé Santana es el primer seleccionador brasileño que repite experiencia en un Mundial sin haber tenido éxito en el anterior. Un hecho sin precedentes, que representa un notable desafío para el técnico que asumió su supuesto fracaso en España 82, en el que Brasil perdió en un extraordinario partido, en Barcelona, ante Italia. Brasil jugó en España como le gusta hacerlo: al ataque. En México, Santana anuncia: "Esta vez no cometeremos los errores de 1982. Jugaremos a la defensiva".
, "Telé, su cargo es más importante que el de presidente de Brasil", "Cuidado, Telé, usted será el primero al que querrán linchar si Brasil no gana el título en el Mundial de México". Santana se ha habituado ya a escuchar a menudo éstas y otras frases similares por parte de directivos y aficionados brasileños, pero él aparenta estar tranquilo, muy tranquilo. Incluso niega que tuviese problemas tras el Mundial de España, a su regreso a Brasil, cuando llegó a afirmarse que unos apasionados hinchas estaban dispuestos a quemarle la casa.La confianza de Telé se fundamenta en sus indudables conocimientos técnicos, que deberían llevarle a superar la nefasta organización de este Mundial que han programado los dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol. Y al seleccionador le avalan también las estadísticas: con él al frente de la selección, Brasil ha jugado 41 partidos, de los que ganó 30, empató ocho y sólo registró tres derrotas, con un saldo de 99 goles a favor y 28 en contra.
Tras aquella dolorosa derrota ante Italia en España 82, que sumió a Brasil en otra de sus últimas frustraciones futbolísticas, Telé decidió marcharse del país y aceptó oferta de un millón de dólares por irse a entrenar a Arabia Saudí. En Brasil quedaba el caos. Los brasileños, en efecto, acogieron con escepticismo el nombramiento de Carlos Alberto Parreira como su sucesor. Pero, como se suponía, su gestión resultó muy corta al frente de la selección que había decepcionado, en cuanto a resultados, en España.
Se designó entonces a Eduardo Antuñes Coimbra, Edu, el hermano de Zico, y la crisis tampoco se resolvió. Una derrota ante Inglaterra, en el templo sagrado de Maracaná, llevó a Edu al dispáradero y una semana más tarde, tras empatar la selección de Argentina en Brasil, los aficionados se cansaron y comenzaron ya a gritar "orden y progreso".
El regreso
La Confederación brasileña aún tuvo tiempo de designar a otro seleccionador, Evaristo Demacedo, antes de optar por el regreso de Telé. Evaristo fue un brillante jugador del Barcelona en la edad de oro de este club, cuando Helenio Herrera estaba de entrenador, y luego del Real Madrid, pero tampoco tuvo suerte como seleccionador brasileño: el equipo perdió en Chile y se acabó Evaristo.
Faltaba algo menos de un mes para iniciar la fase clasificatoria para México y, por fin, volvió Santana, aquel ex jugador del Fluminense, entre otros, al que la torcida llamaba el fio de esperança (el hilo de la esperanza).
Y, en medio de ese desastre organizativo y de baja moral, Santana consiguió la clasificación para México con dos victorias a domicilio ante Bolivia y Paraguay y dos discretos empates en casa ante esos mismos rivales. La improvisación había sido tal que Santana hizo bajar prácticamente el avión que traía de Italia a los internacionales Edinho, Zico, Junior, Sócrates y Toninho Cerezo para que entraran al campo con la camiseta nacional. Sócrates llegó a viajar en avión 20 horas desde Florencia para incorporarse a la concentración y comandar el funcionamiento del medio campo en alguno de los partidos clasificatorios del Mundial formando pareja con Zico.
Santana ha tenido graves problemas para preparar a la selección brasileña, desde las exclusiones por cuestiones disciplinarias de Renato y Eder hasta las bajas por lesión de Cerezo y Dirceu o los problemas de recuperación de sus lesiones que han tenido Falgao y Zico. Lo ha tenido todo en contra, incluso fuertes críticas de gente como el ex seleccionador brasileño Joao Saldanha y del mismísimo Pelé.
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Todo en contra, salvo un pequeño detalle: Brasil va a jugar en Guadalajara como en casa. La Confederación brasileña, probablemente en su único acierto organizativo, mandó imprimir un cartel en diarios mexicanos con el texto siguiente: "Hay un dicho popular en Brasil que dice que Dios es brasileño. Nosotros pensamos que también es mexicano. Estamos de regreso, tras el éxito de 1970, trayendo en el equipaje mucha alegría para ver nuevamente a nuestros hermanos mexicanos". Por arriba figuraba la foto de los jugadores seleccionados.
Brasil, en el Mundial de México 70, que ganó, jugó la fase clasificatoria y los partidos siguientes en Guadalajara. Venció en los cinco encuentros que allí disputó y, por su juego, se ganó a la afición local, que todavía recuerda los inolvidables momentos de espectáculo que les hicieron pasar los jugadores brasileños en todas sus actuaciones.
Ahora, Santana dice: "He aprendido que la eliminación ante Italia en el Mundial de España se produjo por nuestra ansia ofensiva, lo que facilitó el gran contragolpe de nuestro rival. No estoy dispuesto esta vez a dar ninguna facilidad y afrontaremos los partidos con un planteamiento defensivo para no ofrecer huecos cuando intentemos el juego de creación. El fútbol de hoy ha evolucionado y en 1986 no podemos jugarles a los europeos con ventajas defensivas porque ellos son, por lo general, consumados maestros en el juego de contraataque".
Amenaza
La delegación brasileña ha amenazado con no jugar el encuentro de hoy si no se retiran los anuncios publicitarios próximos al banquillo del estadio de Jalisco, donde debe enfrentarse a España, según informa Efe.
La publicidad. en este campo está colocada de tal manera que dificulta la visión del terreno de juego al entrenador y a los jugadores suplentes que ocupan el banquillo, como comprobó personalmente Santana.
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