Tensión en el equipo mexicano por la inclusión de Hugo Sánchez

J. DAMIÁN GONZÁLEZ, ENVIADO ESPECIAL

La selección de México vive momentos de nerviosismo motivados por la fuerte tensión entre ciertos jugadores, que ven peligrar su titularidad por la inevitable inclusión de Hugo Sánchez y por la aparición de un nuevo ídolo de la afición local, un delantero de 20 años, apodado paradójicamente abuelo Cruz, y que se presenta como el complemento ideal para acompañar arriba la calidad del pichichi madridista.

Aguirre y Flores son los jugadores más afectados y ya han expresado su disgusto al aparecer por vez primera en varios meses como suplentes; incluso los últimos entrenamientos se han convertido en una guerra.

El veterano defensa Fernando Querarte ha afirmado: "Es mejor que no juguemos ya partidos de entrenamiento entre nosotros porque puede ocurrir cualquier cosa grave".

México ha preparado su Mundial deportivo sin escatimar detalle. El seleccionador, el yugoslavo Bora Milutinovic, ha tenido libertad absoluta para disponer del tiempo necesario con sus jugado res, prácticamente durante los últimos seis meses, con el objetivo de ensamblar un bloque competitivo. Pero siempre ha faltado la presencia de la estrella, de Hugo Sánchez, que no pudo incorporarse a los entrenamientos hasta mediados de mayo por sus compromisos con el Real Madrid y, a última hora, por la lesión sufrida en Berlín ante el Colonia.

Así, la interrogante continúa sobre la selección mexicana ha sido siempre la misma: ¿quién saldrá del equipo cuando entre Hugo? Nadie de los habituales titulares hasta la llegada de Hugo quiere perder su sitio, y eso ha generado graves problemas, a los que se enfrenta ahora Milutinovic.

Por si ello fuera poco, ha surgido en los últimos días la figura del extremo Francisco Javier Cruz, de 21 años, a quien llaman abuelo Cruz, porque pese a su juventud lleva ya cinco años como profesional en el Monterrey. Abuelo Cruz se ha ganado el apoyo de la afición, que parece querer conventirle en el sucesor de Hugo Sánchez.