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"No estamos acabados, pero sí bamboleándonos", dice Jabbar, de los Lakers

C. L. SMITH MUÑIZ, Los Lakers de Los Angeles, campeón de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), podrían no disputar el título en 1986. El destino los tiene agarrados por el cuello y amenaza con una muerte rápida y cruel. Después de cuatro partidos con el Flouston Rockets, están a una derrota de ser eliminados. Solamente cuatro equipos en la historia han ganado una serie de play-off de siete partidos después de caer en desventaja por tres a uno. Ya hay quien dice que Lakers no tiene las agallas suficientes para ser el quinto. "No estamos acabados, pero estamos bamboleándonos. Si yo fuera el Houston, estaría muy confiado", dijo Kareem Abdul Jabbar, el pivot de los Lakers.

"Dudo que puedan ganar tres partidos consecutivos", dijo Akeem Olajuwon, el pivot de 2,15 del Rouston, después que el Rockets venciera por 105 a 95 el domingo pasado en casa. En una temporada, el Lakers ha envejecido más de lo esperado. Su rival del Este, el Boston Celtics, barrió al Milwaukee Bucks de las semifinales en cuatro partidos, y ahora espera el comienzo de la final con sólo una derrota en sus 12 partidos de play-off. "No estoy seguro de que el Boston no esté en u n planeta aparte: del que habitamos los equipos meramente mortales como nosotros", dijo Don Nelson, técnico del Bucks. "El Celtics pudo jugar al nivel más alto cuando era necesario".Partido decisivo

El Milwaukee Bucks eliminó al Philadelfia 76ers en siete partidos, en cuartos de final. Era la primera, vez en los 17 años de existencia del club que ganaban el partido decisivo de una serie de play-off, pero el esfuerzo le dejó sin vigor ni brío. El mejor jugador del Milwaukee, Sidney Moncrief, sufría una inflamación del arco del pie, pero de haber estado bien tampoco habría variado el panorama.

En el primer partido, el Celtics sacó ventaja de 41 a 14 y ganó fácilmente por 428 a 98. En el segundo, cada uno de los cinco titulares anotó por lo menos 20 puntos, algo que no había ocurrido en un partido de play-off desde 1966, y venció por 122 a 111. Todos tenían duende: el base Dennis Johnson anotó a 21,33 metros de distancia al tirar sin querer cuando recibió un pase apurado de contraataque.

En el tercer partido, ni una ventaja de 13 puntos en el tercer tiempo pudo ayudar al Bucks,que perdió por 111 a 107. El alero Larry Bird hizo un triple doble -pasar de diez en tres conceptos- de 19 puntos, 16 rebotes y 13 asistencias, y fue quien remachó los últimos clavos en el ataúd el domingo. Anotó 30 puntos, encestando cuatro canastas de tres puntos en los últimos 4.27 minutos para transformar una ventaja de 95 a 92 en una victoria fácil de 111 a 98. La última canasta la encestó en el último segundo, cuando lanzó el balón porque no había otra alternativa. "La mayoría de nosotros tiene que tener algo de conciencia", dijo el base Danny Ainge. "Larry no tiene ninguna".

El único partido de play-off que el Boston ha perdido fue en Atlanta, por 106 a 94, y el Celtics se vengó dos noches después cuando eliminó al Hawks por 132 a 91. En el tercer tiempo. el Atlanta anotó seis puntos, y el Boston, 36, incluso 24 seguidos. La victoria fue total, y dejó en claro que este Celtics está dispuesto a exorcizar la pesadumbre del año pasado, cuando fue derrotado en la final por el Lakers. "Hay jugadores grandiosos y equipos con varios jugadores grandiosos", dijo Nolson. "Éste es un equipo grandioso".

Los Rockete

Es muy pronto para decir que el .Rockets es -grandioso, pero con Olajuwom y Ralph Sampson, el alero de 2,24 metros, sí es muy grande. Estas dos torres gemelas han hecho un emparedado con Abdul-Jabbar como relleno, y ni un triple doble del estelar Magic Johnson pudo salvar a Los Angeles el domingo. Sampson ha obligado a Abdul-Jabbar a fallar más de la mitad de sus intentos a canasta, mientras que el Lakers se ha encontrado impotente frente al juego arrollador de Olajuwom. En los últimos tres partidos, todos con victoria para el Houston, ha anotado 22, 40 y 35 puntos, respectivamente. El domingo intentó 20 tiros libres, tres más que el Lakers.

"No tengo más respuestas sobre cómo detener a Akeem", dijo Pat Riley, el muy frustrado técnico del Lakers. "No deja de moverse. Es un alero en un cuerpo de pivot', dijo James Worthy, alero del Los Angeles.

Bill Fitch, técnico, del Houston, fue técnico del Celtics en 198 1, la última vez que un equipo venció en una » serie de play-off a pesar de estar en desventaja de tres a uno. Fitch dijo que el Rockets no iba a dejar de jugar endemoniadamente hasta que alguien les tocará en el hombro y les dijera: "Traba o bien hecho". Siempre se ha dicho que el Rockets es el equipo del mañana, pero parece que quieren el futuro hoy. "Creo", dijo Sampson, "que la gente está dándose cuenta de que nosotros somos un equipo que no tiene que esperar que alguien nos diga que es nuestro turno para ganar el título".

Sampson, precisamente, ha sido un jugador muy criticado por los técnicos, que le acusaban de falta de ambientación a la fortaleza que exige la NBA. Sampson es, dicen, el jugador con más cuali4ades técnicas y físicas nunca conocidas. Uno de los empeños del jugador, una manía que aprendió en su formación universitaria, era la de comportarse como un base en determinados momentos del juego. Le gustaba coger la pelota, driblar a los rivales y penetrar en la zona o dar un pase. Eso, con 2,24 metros de altura. Su entrenador, Fitch, se empeñó, primero, en hacerle un buen pívot y, ahora, en un buen power forward -segundo pívot. Hay quien dice que Sampson tiene vicios adquiridos y que no cogerá la dureza necesaria para la NBA. Otro dicen lo contrario, entre ellos Magic Johnson: "Con este jugador a mi lado podría asegurar 10 títulos seguidos".

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