El discípulo como maestro

En febrero del año pasado, Televisión Española repuso la primera gran película de Jacques Becker. Su título es Casque d'Or, aquí sustituido por un convencional París, bajos fondos. Era una gran obra, que puso en su cumbre a Simone Signoret y nos recordó la primera lección interpretativa de Serge Reggiani.Esta película fue realizada en 1951. Becker murió en 1960. En estos nueve años realizó media docena de películas, entre ellas Touchezpas au grisbi, Las aventuras, de Arsenio Lupin, Montparnasse 19 y La evasión, que convirtieron a este cineasta en un maestro, cuando desde siempre se le conoció en su país como el eterno discípulo de Jean Renoir, del que fue ayudante de dirección entre 1931 y 1939.

Nació Jacques Becker en París en 1906 y conoció a Renoir en 1922. Si hubiera hecho sus filmes en Hollywood todo el mundo conocería su nombre. Pero sus películas, realizadas en y para Francia, quedaron condenadas al destierro en la memoria de algunos cinéfilos. Hoy, un cuarto de siglo después de su muerte, la maestría de sus obras comienza a saltar las fronteras de la especialización y a ser conocidas como lo que fueron: uno de los momentos mayores del cine de su tiempo.