Una final muy difícil
Emilio Sánchez Vicario jugará hoy su primera final de un torneo de Superseries del circuito profesional (14.00, TV-1). Y lo hará contra el peor rival posible: el checoslovaco Ivan Lendl. Esta temporada, Lendl sólo ha perdido dos partidos: contra Becker, en la final de Chicago, que disputó lesionado, y frente a Noah, la semana pasada, en las semifinales del torneo de Forest Hills. Lendl, de 26 años, es el número uno indiscutible desde la retirada voluntaria del estadounidense John McEnroe el pasado mes de enero. Ha ganado el torneo de Roland Garros en 1984 y el de Flushing Meadow en 1985.
La única ventaja del español es que la final de Roma se disputa en la superficie que él domina, la tierra batida. Desde que Lendl decidió emigrar a Estados Unidos y reconvirtió su juego para los torneos en pista rápida, mayoritarios en Norteamérica, ha perdido parte de la paciencia y de los recursos con los que inició su carrera en la tierra de Checoslovaquia. Su tremendo servicio, además, es mucho menos dañino en la tierra batida y sus golpes largos no hacen tanto daño al botar mucho más alto las bolas y permitir unos segundos más al rival para la respuesta.
Ayer, Emilio no quería ni pensar en la final. En unas declaraciones efectuadas al espacio Estadio 2, de Televisión Española, Sánchez Vicario explico que estaba especialmente satisfecho por su trayectoria en los últimos meses: "Creo que es el mejor momento de mi carrera profesional, aunque considero que ésta acaba de empezar. Tengo 20 años y sólo llevo dos en el circuito profesional. Ahora debo, colocarme entre los 20 primeros de la clasificación mundial".
Para el jugador español, la razón de la mejora en su juego radica en la labor realizada por su entrenador, William Pato Álvarez: "Me ha dado confianza y me ha enseñado a definir en la red. Con él planifiqué la temporada y nos inclinamos por jugar en los torneos de pista rápida en los meses de invierno. El año pasado no gané casi partidos en este tipo de pistas, pero esta vez las cosas me han ido mucho mejor y he ganado en corifianza".
Sánchez Vicario desmintió que hubiese una negociación oficial para pasar a depender del rumano Ion Tiriac, el promotor de Becker
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