Un histórico inseguro y bastante envejecido
J. L. B., El presunto máximo dirigente de ETA Militar, notablemente envejecido y con grandes ojeras, en comparación con sus últimas fotografías conocidas, compareció ayer ante el Tribunal de Bayona con aire circunspecto y el gesto sombrío. Su rostro, algo demacrado, con profundas arrugas y sacudido levemente por un tic nervioso en los ojos, que habría sido irreconocible en las fotografías anteriormente publicadas, sólo se le apuntó tímidamente un esbozo de sonrisa cuando el público, compuesto en su mayor parte por exiliados, aplaudió su entrada en la sala o entonó el Eusko Gudariak (soldados de Euskadi), leída ya la sentencia. Sólo entonces Domingo Iturbe dejó de mostrarse agarrotado e inseguro, y devolvió los saludos con gestos campechanos, característicos, al parecer, de su personalidad.
Al margen del papel que se le atribuye dentro de ETAm, Domingo Iturbe Abasolo, de 43 años, natural de Mondragán (Guipúzcoa), representa al principal activista histórico con que cuenta esta organización. Entró en ETA hace casi 20 años. Ha salido ileso de cuatro atentados reivindicados por el denominado Batallón Vasco Español y su nombre posee resonancias carismáticas en su grupo terrorista. La policía asegura que su influencia en la dirección de ETAm es prácticamente decisiva y que no hay acción terrorista de envergadura que no precise de su autorización.
Quienes le conocen le definen como un hombre campechano, intuitivo, comunicativo, vividor, aficionado al monte y a la caza, nacionalista puro, poco ideologizado y receloso de los teóricos y del juego general de la política. La imagen de nacionalista negociador que se le atribuye, en contraposición al sector más radical e ideologizado de las teorías marxistas-leninistas, no es al parecer enteramente gratuita, siempre que este juicio no trascienda de los términos estrictos de la comparación.
Algunos apuntan que el verdadero problema de ETAm tigue siendo hoy el vacío dejado por Miguel Ángel Beñarán Ordeñana, Argala, el dirigente asesinado en diciembre de 1979. "Argala", dicen, "era el único que podía haber encontrado una salida política para ETArn, y ahorá están atrapados en un discurso y en una dinámica que ha roto amarras con una salicla política real".
"Domingo Iturbe es un honibre prestigioso dentro de ETAm, pero", añaden, "es incapaz de diseñar una nueva estrategia política para la organización, y jamás dará un paso que suponga el peligro de ruptura, aunque la organización vaya a la deriva".
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