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FINALES EUROPEAS DE FÚTBOL

4.000 personas aclamaron al Madrid en Barajas

Unas 4.000 personas aclamaron ayer en el aeropuerto de Barajas al Real Madrid, campeón de la Copa de la UEFA por segundo año consecutivo. Los gritos de "¡Campeones, campeones!" le mezclaron con otros a favor de los jugadores y algunos antibarcelonistas, en medio de un ambiente de fervor madridista que prosiguió varios minutos más en el estadio Bernabéu.

El Madrid, como suele ser su norma, no celebró de manera especialmente ruidosa su octavo título europeo. El presidente, Ramón Mendoza, era la imagen misma de la euforia y recordaba continuamente, tras el partido ante el Colonia, que el Madrid "ya es matemáticamente el mejor equipo de Europa esta temporada", y que Butragueño y Michel han sido ganador y segundo clasificado, respectivamente, del Trofeo Bravo a los jugadores menores de 24 años en torneos continentales.

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Tras el partido, el Madrid ofreció una comida a técnicos, jugadores, esposas ynovias de algunos de ellos, y periodistas. Asistió también Romà Cuyàs, secretario de Estado para el Deporte, que señaló que "el Madrid nunca defrauda".

A Luis Molowny, el entrenador, le obligaron a cerrar el acto. Como siempre, fue parco en palabras: Permiso para todos hasta mañana". Molowny, a quien Mendoza llama ahora siempre el talismán del club, no quiere nunca protagonismos. Sólo repetía en los últimos días que todo había salido mejor de lo que él mismo esperaba y que como entrenador "no se puede pedir más, tras los títulos de Liga y de la UEFA".

Algunos jugadores mostraron cierta preocupación en Berlín por la cuestión de la radiactividad de la central nuclear soviética de Chernobil, hasta el punto de que se comentaba con ironía que Santillana no salía a la calle y sólo paseaba por los pasillos del hotel.

Toda la plantilla estaba muy pendiente de la Vuelta Ciclista a España. Cada jugador, previo sorteo, tiene asignados los dorsales de 10 corredores; si uno de los suyos gana, los demás le pagan 500 pesetas por cabeza. Chendo se lamentaba de que ya "se me han retirado cuatro o cinco", aunque, por contra, se le han pagado últimamente otras 500 pesetas por jugador porque lleva en su lista al farolillo rojo, y eso también cotiza.

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