Por una compañía libre y competitiva
En relación con el editorial El escándalo de Campsa, aparecido en ese diario de fecha 24 de abril de 1986, es necesario hacer las siguientes puntualizaciones:Los españoles nos hemos dado un modelo económico de libertad de empresa en el marco de una economía de libre mercado; por tanto, los trabajadores de Campsa somos los primeros en no querer la perpetuidad de un régimen de monopolio.
Los trabajadores de Campsa fuimos a la huelga porque en estos momentos parece no existir con fluencia de intereses ni identidad de objetivos entre la dirección y los trabajadores. Dentro de la compañía es generalizado el comentario de que "el enemigo está en la casa"; como prueba de ello, cabe señalar el incumplimiento del protocolo firmado el 8 de julio de 1983 y el incumplimiento del Real Decreto 5/1985, de 12 de diciem bre, de adaptación del Monopolio de Petróleos, así como la falta de replanteamiento empresarial y la adopción de medidas tendentes a conseguir una empresa competitiva en línea con las compañías petrolíferas multinacionales.
Los trabajadores de Campsa hemos sido empujados a esta huelga por la intransigencia de la dirección a facilitar el plan estratégico y en las líneas básicas de definición de la empresa para el futuro, dirección que, como una muestra más de su ineficacia, se ha visto impotente, suponemos de buena fe, para mantener y cumplir los servicios mínimos establecidos y proteger a aquellos escasos trabajadores que decidieron no secundar la huelga.
Los trabajadores de Campsa nos sentimos utilizados, manejados, manipulados y ofendidos por la rapidez e inusual manera de desconvocar la huelga, que hace razonables las dudas sobre la existencia de posibles razones políticas en la misma.
Los trabajadores de Campsa estamos de acuerdo con EL PAÍS en que, efectivamente, existen muy altas nóminas en la compañía, superiores a la del presidente del Gobierno, pero éstas corresponden a los directivos y no a la generalidad de los trabajadores, que percibimos sueldos mínimos, por debajo de la media del sector.
Por último, agradecemos el buen trato informativo que, en general, han prestado los medios de comunicación a esta huelga.-
Trabajador de Campsa en oficinas centrales.
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