Desaparecen los privilegios sobre el agua en Las Palmas
La corporación municipal de Las Palmas de Gran Canaria abolió ayer, mediante acuerdo plenario, los privilegios históricos de algunas familias de la ciudad de recibir gratuitamente el agua domiciliaria. Estos privilegios, conocidos como pajas de agua, tienen un origen desconocido, según manifestó el concejal de Aguas, el socialista José Francisco Henríquez, apoyándose en un informe jurídico del catedrático Alejandro Nieto. El mantenimiento de estas pajas de agua suponía para el Ayuntamiento dejar de percibir alrededor de 10 millones de pesetas anuales.La cuestión de los derechos adquiridos suscitó una larga discusión en el pleno con el concejal del Grupo Popular Manuel García Feo, quien argumentaba que no se podía borrar de un plumazo una figura histórica, y que había que conservar "lo bueno y lo malo de la historia de esta ciudad", por lo que pidió que se instaurara una placa que recordara este hecho a las generaciones venideras.
El alcalde, Juan Rodríguez Doreste, consideró que un recordatorio de este tipo resultaría "contraproducente", y que, en todo caso, la existencia de las pajas de agua consta en los anales de la historia para los estudiosos.
Por su parte, el concejal de Aguas argumentó que las pajas de agua son "privilegios incompatibles con el derecho moderno" y recordó que los beneficiarios de estos derechos habían tenido un plazo para presentar documentos que los apoyaran.
El concejal de Unión del Pueblo Canario Andrés Alvarado explicó que su grupo apoya "moral y éticamente" la supresión de los privilegios, pero agregó que se abstendría por no encontrarse representado en el consejo de administración de la compañía de agua municipal.
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