El Gobierno ultima tres decretos sobre el servicio exterior del Estado

El Gobierno ultima la preparación de tres decretos que reestructurarán la Administración exterior del Estado, la Escuela Diplomática y el sistema de provisión de puestos diplomáticos en el extranjero. Cualificadas fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español dan como probable que al menos dos de los tres decretos sean publicados antes de las próximas elecciones legislativas.

El decreto más avanzado de los tres es el que reestructura la Administración exterior del Estado, que regula las competencias de los jefes de misión (embajadores, habitualmente). Todos los funcionarios de la Administración del Estado destinados en el extranjero -dependientes de los Ministerios españoles de Asuntos Exteriores; Presidencia del Gobierno; Defensa; Economía y Hacienda; Transportes, Turismo y Comunicaciones; Interior; Trabajo y Seguridad Social; Agricultura, y Cultura pasarán a depender directamente de los jefes de misión, para evitar disfunciones.El otro decreto que se da corno probable que sea publicado antes del verano es el que reestructura la Escuela Diplomática, centro destinado hasta ahora a la formación de los jóvenes que ingresaban en el cuerpo diplomático español. A partir de la entrada en vigor del nuevo decreto, la escuela servirá, además de para su finalidad primitiva, para hacer posible la formación permanente de los diplomáticos en ejercicio. Igualmente, su sección de estudios internacionales a la que acuden principalmente estudiantes extranjeros se transformará en Instituto de Altos Estudios, dependiente de la Universidad Complutense de Madrid.

El tercer decreto -que levanta suspicacias en el sector más tradicional del cuerpo diplomático español y cuya elaboración es, por el momento, más lenta- pretende transformar el sistema de provisión de puestos en el extranjero, alterando el sistema de bombo, que es el que en la actualidad decide qué diplomáticos cubrirán los puestos vacantes, y se basará sobre todo en los criterios de antigüedad y de colocación en el escalafón.

Este decreto tratará de regir los plazos de permanencia de los diplomáticos en sus puestos e introducirá la especialidad en temas o en zonas geográficas. La especialidad, así como el conocimiento de determinados idiomas necesarios para el puesto, desempeñarán un importante papel en el nuevo sistema de designación de puestos.

Idea abandonada

Desde julio de 1985, cuando Francisco Fernández Ordóñez sustituyó a Fernando Morán en el Ministerio de Asuntos Exteriores español, se han elaborado dos decretos más, que creaban sendas comisiones interministeriales: una para la cooperación y otra para las relaciones con la Comunidad Europea (CE). Igualmente se crearon la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica -basándose en el Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI)- y la Secretaría General de Política Exterior.

El Gobierno ha abandonado ya su antigua idea de hacer una ley del servicio exterior. Según cualificadas fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, se ha hecho así "por no dramatizar" y para ahorrar tiempo, ya que, técnicamente, el contenido de la ley podía tomar la simple forma de decretos, pues no existía una ley anterior que derogar.

Entre los temas pendientes se encuentra en preparación el Libro Blanco del Servicio Exterior, que viene sufriendo diversos aplazamientos desde hace dos años. El Libro Blanco trata de dictaminar, entre otras cosas, las condiciones en que trabajan las representaciones de España en el exterior.

Asimismo se está trabajando en un catálogo de las funciones existentes en este servicio, y se prepara la homologación de las retribilciones -aún muy desiguales- de los diversos cuerpos de la Administración que ocupan puestos en el extranjero. Se pretende también el trasvase de unos cuerpos a otros y ampliar en el futuro la accesibilidad al cuerpo diplomático.

Los problemas de personal preocupan especialmente a los altos cargos de Exteriores. Las jubilaciones anticipadas en la ley de la Función Pública y el limitado número de jóvenes que se interesan por el servicio exterior han llevado a la situación de que el número de diplomáticos -unos 630- que trabajan ahora para el Estado sea inferior al de hace ocho años, a pesar de que se han creado nuevas embajadas y se han potenciado otras ya existentes.

Mudanza de Exteriores

Está también pendiente la mudanza del Ministerio de Asuntos Exteriores, que construirá una nueva sede, y abandonará el palacio de Santa Cruz y los otros seis edificios de Madrid en los que están desperdigadas sus dependencias. El crecimiento dé este ministerio ha dado lugar a la creación de diversos centros -distantes varios kilómetros entre sí- desde 1977, año en el que todos los servicios estaban centralizados en el viejo edificio de la plaza de las Provincias de Madrid.