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Isabel Rincón

Primera bailarina del 'ballet' de Renato Greco en Roma

Isabel es la alegría del ballet de Renato Greco: no deja de gesticular, hablar, ayudar a las otras bailarinas. Empezó de muy joven en el cuerpo de baile del Liceo de Barcelona y luego emigró en busca de mejores horizontes. Ha bailado con todas las grandes estrellas europeas y dice que venir a bailar aquí como primera figura ha sido el punto más emocionante de su carrera. Isabel Rincón se ha presentado en Cuenca, Granada, Cádiz y Córdoba en una breve gira de primer contacto que dará lugar a una más amplia en el verano.

Ahora el acento de Isabel es una mezcla de variantes mediterráneas. Nació en Barcelona, donde pasó la infancia y la primera juventud: "Mira, fueron años difíciles, pero guardo un buen recuerdo de ellos. Todo lo que puedo hacer hoy es porque me sacrifiqué en aquellos tiempos. Lo veo como algo lejano, pero estos aplausos de hoy que me han sacado las lágrimas son el inicio de una recompensa que creo me merezco, que se merecen todos los que dediquen la vida a la danza".La historia de esta bailarina de temperamento romántico, que recuerda a esas frágiles danzarinas de los grabados del siglo XIX, es un poco como una película de aventuras: "Yo empecé con Magriñá en mi Barcelona natal, y tengo mucho que agradecer a aquellas primeras clases. Es muy importante tener un buen maestro de colocación. Después me fui a Italia, y comenzó un peregrinar que creo no va a acabar nunca me fui a Canadá y pude bailar varios papeles importantes, pero preferí Italia y volví. Entonces Vittorio Biaggi me tomó y participé en varias de sus. creaciones".

En esta época Isabel vuelve al ballet clásico después de pasar por varias experiencias contemporáneas: "Carla Fracci me vio un día en un salón de ensayos y se dirigió directamente a mí entre muchas chicas que eran todas excelentes bailarinas. Carla estaba montando El lago de los cisnes para el festival de las Arenas de Verona. Hice el paso a tres del primer acto y claro, la danza española del tercer acto". En todas las críticas que ha recibido, esta muchacha menuda recibe siempre elogios sobre sus brazos: "Lo de mis brazos no os lo vais a creer. No son dotes naturales, sólo trabajo. Todo fue porque en la fiesta de graduación, al terminar mi baile, mi madre se me acercó y me dijo: 'Has estado bien, pero tus brazos, fatal'. Y eso fue un reto a mis ilusiones. Durante años he procurado trabajar los brazos hasta conseguir hacerlo bien. No me satisface aún, sé que hay que trabajarlos toda la vida".

Con una amplia sonrisa y acento delator de su origen dice: "A veces he tenido dudas, sin embargo creo que hay que seguir bailando, a veces contra corriente. Después que comienzas en esto, debes entender que es para toda la vida". Isabel Rincón se queda unos minutos pensativa: "Yo bailo de todo, pero prefiero los clásicos, allí me encuentro más a gusto, sé que si para algo estoy dotada es para esos papeles".

Sobre España dice: "Yo quiero venir aquí a bailar más. Este es de verdad el sitio donde quiero hacerlo. Yo creo que aquí todo está por hacer, se trata de aunar esfuerzos, y sería bonito reunir a todos esos españoles que se han ido fuera a hacer su carrera profesional y que volvieran para hacer una gran compañía con españoles, porque ya sabes que hay muchos y muy buenos que andan desperdigados por medio mundo. Los aplausos en España me llegan mucho más profundo".

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