Lejarreta gana la etapa y Pino se acerca al liderato

Marino Lejarreta ganó la contra reloj en la cuesta del Naranco; Alvaro Pino tomó el relevo de Pedro Delgado como español más destacado; Sean Kelly continuó arañando segundos al líder y éste, Robert Millar, defendió su posición sin reserva alguna. La Vuelta signe ofreciendo expectativas, emoción y lucha. Hoy es la última oportunidad para que Pello Ruiz Cabestany y Laurent Fignon eviten salir de los Picos de Europa prácticamente descartados para el triunfo final.

Los 22 segundos de diferencia que sacó ayer Lejarreta a Cabestany invierten los papeles en el Seat-Orbea. Ahora Lejarreta está en mejores condiciones que su jefe de fila en la Vuelta para intentar ganarla. La distancia entre ambos se acentúa por días. Ocurrió en la subida a los lagos y ocurrió en la del Naranco. Lejarreta comienza a preocupar a Millar; Cabestany, cada vez menos. Lejarreta robó ayer nueve segundos a Millar y éste, a su vez, ganó 13 sobre Cabestany.La inversión de papeles afectó también a dos corredores de distintos equipos, Delgado y Pino. Ahora las expectativas españolas se sitúan sobre el segundo. Delgado perdió ayer 24 segundos con Millar y Pino le ganó a éste cinco. Tal diferencia conduce a que el líder vea que su distancia con el segundo es de ocho segundos, en lugar de los nueve que mantenía con Delgado.

Pino puede resultar ahora un rival más molesto para Millar que Delgado. A éste le fichó el PDM holandés para intentar ganar sólo el Tour, mientras que Pino es un hombre dispuesto a morir sobre la bicicleta. En la Vuelta a España de 1981 ganó en solitario la etapa Calatayud-Torrejón. Fue ingresado en un hospital con grave deshidratación. Al amanecer se escapó para presentarse en la línea de salida.

Álvaro Pino, de 28 años, casado, padre de un niño, gallego de Puenteareas, tiene, además de coraje, ganas de revancha. Ha acariciado en ocasiones la gloria Eso le ha hecho llorar y no estar dispuesto a que de nuevo se hagan famosas sus lágrimas. El año pasado, en Pau, se derrumbó cuando una moto que se cruzó le impidió ganar una etapa en el Tour después de haber protagonizado una larga escapada con Regis Simon.

No acaban ahí las desgracias de este hombre, que hace el número cuatro en el equipo Zor BH. Porque en octubre del año pasado, después de la carrera de San Froilán, dio positivo en el control antidroga. Juró y perjuró que no había ingerido nada prohibido. Ganó el recurso porque se demostró que el positivo se debía a la vainilla que, en cantidad excesiva, contenía una comida líquida que había ingerido como alimento.

Pino ahora no se quiere hacer ilusiones. Los pronósticos dicen que es un hombre sin opción al triunfo final. También dijeron de él, hace dos años, que se había acabado para el ciclismo cuando fue operado de una rodilla. Y, sin necesidad de remontarse tanto tiempo atrás que ayer, cuando a su llegada a la meta marcó el tercer mejor tiempo, no se hiciera ilusiones porque aún faltaban por llegar Delgado y Millar. Él mismo lo reconocía: "Mi tiempo es magnífico, pero no creo que valga para pasar a ser segundo en la general".

Su marca resultó, a la postre, tan excelente que acortó distancias con Millar y echó para atrás a Delgado. Ahora está dispuesto a todo y la Vuelta cobra un interés inusitado con un hombre dispuesto a dar el salto porque en él no cabe la prudencia que caracteriza a las figuras de hoy. Millar tiene la ventaja de que cuenta con unos gregarios, los del Panasonic, muy superiores a los del año pasado. Pero se siente incómodo con un corredor que fue capaz de subir ayer al Naranco con un desarrollo muy duro, de los que hacen falta muchas energías para moverlo.

Otra de las alternativas que ofreció ayer la Vuelta fue la ascensión de Kelly y la confirmación de que Fignon sigue sin desenvolverse con comodidad. Kelly no deja pasar ninguna oportunidad para arañar segunos, mientras que Fignon ve cómo cada vez es mayor la brecha que se abre entre él y los de arriba. Kelly ha superado ya su tendinitis y Fignon todavía se lamenta de su caída del pasado sábado.