Peligro de desabastecimiento de gasolina por huelga en Campsa

Los automovilistas españoles podrían encontrarse los próximos días 21, 22 y 23 de abril sin poder repostar sus vehículos, como consecuencia de la huelga convocada por UGT y CC OO, y apoyada por la Confederación de Trabajadores Independientes (CTI), entre los trabajadores de Campsa. Los sindicatos han advertido que los servicios mínimos sólo atenderán a las ambulancias, servicios policiales, Ejecito e instituciones al servicio de la comunidad (hospitales, guarderías, asilos, etcétera).

La huelga de Campsa tiene como objetivo presionar a la Administración y al propio monopolio para que cumpla los compromisos de transformar la compañía en una empresa mayoritarlamente pública, tal como se recoge en los protocolos que se suscribieron en 1983 y 1985 y las leyes promulgadas al respecto. Los paros, que continuarán los días 5, 6 y 7 de mayo, dejarán sin suministrar combustible a las más de 3.000 gasolineras distribuidas por nuestro país.Las estaciones de servicio sólo tienen capacidad para atender la demanda de aproximadameníe 24 horas, por lo que es previsible que el día 22 -segundo día de huelga- ya no puedan servir a los automovilistas. Miembros de los sindicatos convocantes advirtieron que no estaban dispuestos a aceptar que se establecieran servicios mínimos que, como en otras ocasiones, pueden dejar sin efectividad la convocatoria de paro.

En una primera fase intentarán negociar con el delegado del Gobierno en Campsa los servicios mínimos para atender a las ambulancias, Ejército, Policía y aquellas instituciones de carácter esencial para la comunidad. En caso de que el acuerdo no sea posible, los sindicatos están dispuestos a impedir el trabajo de los servicios que imponga el Gobierno.

Los sindicatos acusan a la Administración y a la propia Campsa de mantener una incomunicación total con los representantes de los trabajadores, y de no llevar a efecto la transformación del monopolio estatal.

Los representantes de los trabajadores señalaron que a los problemas del sector viene a sumarse el de la desaparición de su sistema de pensiones. La dirección de Campsa hizo ayer una oferta -rechazada por las centrales- en la que se recoge la jubilación obligatoria a los 60 años para los mayores de 50 años, congelando el complemento de pensión.