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Tribuna
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LA ELIPSE

1 martesLa señorita/tesina de esta semana se llama Jean-Claude Le Goff, de Rennes, France.

3 jueves

Fraga, después de las elecciones francesas, le llama al socialismo "anomalía mediterránea". Es decir, España, Italia, Grecia y así. De modo y manera que no somos un socialismo, sino una "anomalía mediterránea". Lo normal y lo biológico era ser nazi, como lo era Alemania cuando la juventud de Fraga. El socialismo y el comunismo no son intentos, quizá utópicos, de extender la igualdad entre los hombres, sino meras anomalías mediterráneas, como Circe, Ulises, las sirenas, Platón y por ahí. O eres de derechas o eres un anómalo mediterráneo, variante aberracional de las especies y la Historia, que acaba de descubrir el histólogo señor Fraga. Ni el socialismo ni el comunismo nacieron en el Mediterráneo, pero a Fraga no le gusta que le interrumpan. Por otra parte, el señor Fraga, en sus últimas meditaciones geopolíticas, incluye Portugal entre las anomalías mediterráneas. Quiere decirse que Fraga, buen conocedor de la geografía y el mapamundi escolar, llama "anómalo mediterráneo" al rojo, doquiera que se encuentre. Es un nombre culto que se ha sacado él para no escribir la infamante palabra "rojo", que es discurso de tapias. Fraga ha entrado en éxtasis esta semana con la democracia francesa y con la República (quinta o la que sea). ¿No será Fraga un anómalo mediterráneo?

4 viernes

El mundo conocía a Antonio y toda la saga de los Garrigues. Los "conocedores" conocíamos a Juan, el más silente, sedente y disidente de la familia, enamorado de la URSS y de los países socialistas. En la última cena de la jet, dijo en voz alta, para todos: "No tengo más remedio, Umbral, que leer tus libros, porque a veces hablas de mi mujer". Le vi la última vez en una movida anti/OTAN que moderé en el Victoria: "Esto es magnífico, Paco". No sabemos lo que perdemos ni sabemos lo que pierden los Garrigues, esa familia legendaria.

5 sábado

La nueva izquierda. Ésta es o ha sido la semana de la nueva izquierda española. Lo que Fraga llama "anomalía mediterránea" no es sino la nueva izquierda, que hace 10 años se llamaba eurocomunismo. Juan Garrigues Walker, fallecido a los 49, era uno de los hombres más interesantes de esa nueva izquierda. Vayan mis palabras a él, Carmen, con intención de flores. Eduardo Roldán, que ahora expone en Aranjuez, es la nueva izquierda de la pintura. Así como mi veterano y entrañable Lucio Muñoz, que inaugura en Mordó. El referéndum/OTAN ha tenido la virtud de crear una nueva izquierda en Madrid, en España, y eso es lo que le hemos sacado de ventaja a los votos. La nueva izquierda hace huelga en la Renfe, está en contra de Bertín Osborne y los toros, mantiene un delicado equilibrio entre árabes y judíos, visita a Corazón Aquino en la persona de Fernández-Ordóñez, primer político europeo que se llega al archipiélago, reconociendo así su nueva identidad. La nueva izquierda ha passado por primera vez de semanas santas y cosas. La nueva izquierda, en fin, no es del Real Madrid.

6 domingo

En Barcelona tenían la gauche divine de Bocaccio, y ahora tienen a Jeannine Mestre, musa de la nueva izquierda, triunfando en el Romea (he estado en el estreno) con una obra de Margueritte Duras. Por encima del francés, del catalán y del "ferrusolismo" estrenista, el encanto de Jeannine. Aquí en Madrid teníamos las progres de Charo López. Luego tuvimos el eurocomunismo de Carrillo y ahora tenemos la nueva izquierda de Tamames, que Fraga diagnostica como anomalía mediterránea. La nueva izquierda es todavía un vano fantasma de niebla y luz que se mueve entre las divinas palabras de Valle, por Tamayo; el amor oscuro de Lorca, por Amancio Prada; la candidatura de Paco Nieva a la Academia y el congreso de la UGT. La nueva izquierda va de Imanol Arias, el galán rojo, a Justo Fernández. Quiere decirse que las izquierdas van sucediéndose en España, refloreciendo, al margen de los partidos o dentro de ellos, como la flor de tapia que se abre todos los años, por estas fechas, contra la tapia, y, naturalmente, muere. Porque aquí hay una tapia. Los del otro lado de la tapia se dejan ver, pero no se dejan coger. Por los aviones anda Ferrer Salat con una zamarra al hombro, por parecer "nueva izquierda". Pero es de los del otro lado de la tapia. En cuanto lo vea Fraga, de todos modos, le va a llamar "anómalo mediterráneo". Las sucesivas izquierdas van entoñando, floreciendo y muriendo, en este país, lo que es una prueba de la imaginación de la izquierda, pero no precisamente una prueba de eficacia. Lo que necesitaría ahora esta nueva izquierda, un suponer, es una televisión propia, pero no se la van a dar. Y una imagen vale más que mil palabras (de izquierdas).

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