Las Milicias Cristianas critican la retirada de Beirut de los militares franceses
Karim Pakradouni, vicepresidente de las Milicias Cristianas Unificadas, expresó ayer el sentimiento de desamparo que ha provocado entre sus correligionarios la retirada de los cascos blancos y observadores militares franceses de sus últimos puestos de observación en Beirut. "Rechazamos que Francia deje la Residence des Pins, el más antiguo símbolo de la presencia de ese país hermano en Líbano", dijo el dirigente cristiano.La Residence des Pins fue la sede de los altos comisarios franceses en la época en que Líbano era un protectorado francés. Luege fue el domicilio particular de los embajadores de París en Beirut y allí se albergó el general De Gaulle durante una visita a Oriente Próximo. En los últimos tiempos sólo servía de cuartel general de los cascos blancos. Su situación en plena línea verde, frente de batalla entre cristianos y musulmanes en la capital libanesa, la convertía en un lugar muy peligroso.
Si la cristiandad libanesa, francófila en su inmensa mayoría, ve con angustia cómo los cascos blancos empaquetan sus cosas, sus opositores musulmanes no ocultan su alegría. El diario Al Hakika, portavoz de la milicia shii Amal, fue rotundo al publicar ayer que la partida de los últimos 45 observadores franceses "pone término a la injerencia francesa y occidental en Líbano".
Las lecturas del acontecimiento son, pues, las mismas a uno y otro lado de la línea verde, aunque los sentimientos que provoca sean distintos. Y en todas partes se considera que los vencedores del trance son Yihad Islámica y los grupos afines que retienen en total a siete rehenes franceses y que vienen exigiendo el cese total de la presencia militar francesa en Líbano.
Todos los periódicos beirutíes vinculaban ayer la partida inminente de los cascos blancos con un hipotético cambio en la política francesa hacia Oriente Próximo. El diario independiente en lengua árabe An Nahar apuntaba que "el Gobierno de París puede estar intentando una apertura hacia Irán", país que inspira las acciones de los grupos radicales del shiísmo libanés. Para Le Reveil, en lengua francesa y próximo a las posiciones del presidente cristiano, Amin Gemayel, "Chirac está muy preocupado por reducir el número de potenciales rehenes franceses en Líbano".
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