El Gobierno británico confirma el fracaso con General Motors, para la venta de British Leyland
El Gobierno británico confirmó ,ayer que las conversaciones para la venta de la división de camiones ,de British Leyland a General Motors fracasaron la pasada semana como consecuencia de la condición puesta por el gigante automovilístico norteamericano de unir a la operación el control de Land Rover.El ministro de Industria y Comercio, Paul Channon, sucesor en el departamento de Leon Brittan, una de las víctimas del asunto Westland, declaró a la Cámara de los Comunes que las pretensiones de la firma de Detroit eran "contrarias al interés nacional británico". "Al no estar General Motors dispuesta a llegar aun compromiso, no se pudo llegar a un acuerdo que tuviera en cuenta nuestros intereses nacionales", manifestó Channon.
Channon añadió que British Leyland, la única, firma automovilística internacional que queda de la en tiempos orgullosa industria del automóvil británica, seguiría buscando otras alternativas para encontrar una solución al problema que tiene planteado con su división de camiones, que tiene que hacer frente a cuantiosas pérdidas cada año.
Las conversaciones entre GM y BL se rompieron el pasaron viernes como consecuencia de las presiones del Gobierno, varios de cuyos diputados se opusieron tenazmente a que el control de Land Rover pasara a manos de la multinacional norteamericana. El Gobierno conservador quedó en una situación airada después de que el Consejo de Administración de British Leyland hiciera público un comunicado en el que apoyaba la posición mantenida por General Motors, como "la más favorable a los intereses de esta empresa y de sus trabajadores".
Los planes de General Motors preveían la fusión de su fábrica de camiones Bedford con la división de camiones de British Leyland. La multinacional norteamericana había pretendido anteriormente fusionar su grupo de camiones con la Empresa Nacional de Autocamiones (ENASA) de España y con MAN de la República Federal de Alemania, pero ninguna de las dos operaciones tuvo éxito.
El equipo negociador de General Motors regresó a Estados Unidos el pasado fin de semana y, aunque en algunos círculos industriales británicos se ha expresado la esperanza de una reanudación de las conversaciones, GM ha dejado bien claro que el control de Land Rover es un requisito imprescindible para llegar a cualquier acuerdo.
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