Los vecinos de Carabanchel critican la falta de agilidad de la Administración

La falta de agilidad de la, Administración está creando problemas innecesarios en la remodelación del alto de San Isidro, en Carabanchel Bajo, problemas que luego repercuten negativamente para la propia Administración -los retrasos encarecen el coste de las obras- y para los vecinos de la zona. Así sintetizó la presidenta de la Asociación de Vecinos de Caxabanchel Bajo, Julia García, las incidencias que están rodeando el realojamiento de las familias chabolistas del alto de San Isidro, que en 'líneas generales, dijo, se está haciendo correctamente.Este mismo mes, afirmó Julia García, terminará, el traslado de las 190 familias a las que se han asignado los pisos de Roger de Elor. Sin embargo, muchas de esas Familias aún no han cobrado, o lo han hecho sólo parcialmente, las indemnizaciones por las, expropiaciones de sus chabolas.

La segunda fase de la remodelación, centrada en la construcción de 534 viviendas en varios solares de las calles del Comandante Cirujeda y Lorenza Álvarez, va a buen ritmo, "pero parte del suelo aún no está liberada por los problemas planteados por cinco familias que deben abandonar sus casas. Tres De esas familias no quieren ser realojadas en sanquis (casas bajas prefabricadas) mientras esperan la terminación de las nuevas viviendas, y dos más no pueden marcharse porque aún. no han cobrado la indemnización v no cuentan con recursos económicos suficientes. El retraso en la consecución de estos terrenos puede retrasar toda la segunda fase del proyecto".

"La falta de agilidad de la Administración es mucho más evidente en el caso del arroyo de Valdecelada, un arroyo maloliente en cuyas márgenes vivía una colonia de familias gitanas que en 1980 recibieron viviendas públicas en Alcalá de Henares", según la Asociación de Vecinos de Carabanchel Bajo.

La asociación ya advirtió entonces de la necesidad urgente de arbolar las márgenes del arroyo u ocupar los terrenos con cualquier otro elemento que impidiera el resurgimiento del núcleo chabolista. En los últimos años, sin embargo, se han asentado de nuevo en las inmediaciones del arroyo unas 20 familias, que en estos últimos meses, ante las expectativas de conseguir pisos, se han convertido en unas 40, la mayoría familiares de Ias anteriores llamados por aquéllos.

En este conjunto de problemas, Julia García destacó también la situación "vergonzante" de unas 30 Familias gitanas que habitan un núcleo chabolista en la calle de Josefa Fernández, también de Carabanchel Bajo, que llevan años esperando el cumplimiento de las promesas de la Administración de construirles unos sanquis y urbanizar mínimamente la zona en que se asientan.