La OPEP propone un plan a los países exportadores dependientes para reducir la producción de petróleo

Arturo Hernández Grisanti, presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), anunció ayer que el consorcio ha Negado, después de cinco días de deliberaciones, a un acuerdo para proponer a los productores independientes un recorte en la producción mundial de crudo y tratar así de restablecer los precios. Al término de las sesiones de ayer, el presidente de la OPEP y ministro de Energía y Minas de Venezuela, no quiso especificar cuál es la propuesta, pero dijo que significaría un recorte en la producción.

La propuesta del cártel petrolero será realizada hoy a los cinco países no englobados en la OPEP que han sido invitados a Ginebra por el consorcio con el fin de buscar una. solución conjunta al caos que actualmente existe en el mercado.Pese a su falta de claridad respecto al contenido de la propuesta, todo indica que la OPEP, al final, ha resuelto une) de los principales problemas que tiene planteados en esta conferencia, es decir, la decisión política de recortar la producción. Falta, sin embargo, ponerse de acuerdo sobre el reparto de este sacrificio que tendrán que hacer no sólo los productores OPEP sino también los cinco países invitados, México, Egipto, Malasia, Omán y Angola.

El ministro de Energía e Industrias Petroquímicas de Argelia, Belkaceni Nabi, manifestó, con anterioridad al anuncio del acuerdo, que el recorte en la producción debería ser de por lo menos un millón. de barriles diarios sobre el anterior límite, establecido por la OPEP en octubre de 1984, cuando quedó establecido en 16 millones. Las palabras de Nabi daban a entender que todavía existían diferencias en el seno de la OPEP sobre cómo distribuirse las cuotas de producción y, por lo tanto, levantaban serias dudas sobre si el consorcio conseguirá un acuerdo sobre este punto, una vez se haya presentado hoy la propuesta a los productores invitados.

Posible aplazamiento

Pero el presidente de la OPEP, Hernández Grisanti, declaró anoche que el consorcio estaba decidido a seguir reunido todo el tiempo que hiciera falta para dejar zanjada la cuestión y llegar a un compromiso que realmente restablezca los precios en el mercado. Grisanti, sin embargo, no quiso responder a una pregunta sobre la eventualidad de que algún ministro de los países independientes, tenga que regresar a su país y celebrar consultas previas con su Gobierno.

Tal posibilidad fue planteada ayer por Omán y Egipto, cuyos ministros declararon ayer a la Prensa que, una vez escuchada la propuesta de la OPEP, deberían regresar a sus países para evacuar consultas. De confirmarse estos viajes, la OPEP se vería forzada a suspender su conferencia durante unos días y esperar el regreso de los ministros inviados. La llegada del fin de semana facilitaría esta suspensión, que probablemente podría durar toda la Semana Santa.

En el día de ayer, la OPEP designó un nuevo grupo de expertos, que se reunió con especilistas de los cinco países invitados, para tratar de equiparar las cifras sobre demanda previsible en el año 1986 y los posibles escenarios de oferta durante los próximos meses, especialmente durante el segundo trimestre del año, cuando la demanda de crudo cae fuertemente en los países consumidores. Los expertos, según declararon fuentes solventes, consiguieron limar en gran parte las diferencias que habían surgido el día anterior en tomo a las cifras, pero se vieron incapaces de tomar decisiones ante ciertos problemas políticos surgidos en las discusiones.

Las diferencias políticas habían surgido dentro de la Organización de Países Exportadores de Petroleo cuando, una vez alcanzado el consenso sobre la necesidad de reducir la producción, los ministros se plantaron el reparto del recorte. Irak pidió un incremento de su cuota particular y el ministro iraní inmediatamente exigió que por cada barril que Irak incrementara su producción, su país lo haría en dos.

Esta disputa, evidentemente relacionada con la guerra del Golfo, provocó en hastío de las delegaciones de los regímenes conservadores de la región, fundamentalmente Kuwait y Arabia Saudí, que hicieron ver que de continuar la disputa regresarían a sus países. Lo avanzado de la hora hizo que la disputa quedara en suspenso y que se adoptara la decisión de comunicar a la Prensa el consenso político de reducir la producción, dejando aplazado para una mejor ocasión, quizá para hoy mismo, el espinoso problema de la redistribución de cuotas.