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LA PERMANENCIA DE ESPAÑA EN LA OTAN

El electorado del PNV determinó la victoria de los votos negativos en Euskadi

La alta participación y la amplitud geográfica del voto negativo, con muy contadas excepciones, más el deslizamiento mayoritario del electorado del PNV hacia la posición contraria a la permanencia de España en la OTAN son los datos más característicos de los resultados del referéndum en Euskadi. Un 65,76% de los votantes censados en la comunidad autónoma vasca (1.629.999) depositó su papeleta.

El índice de abstención es casi siete puntos inferior al referéndum anterior con mayor afluencia de votantes vascos a las urnas desde que comenzó la transición, el de la aprobación del Estatutto de Gernika, en el que se abstuvo el 41,14% de los censados. El 31,40% de los vascos vetó sí a la permanencia en la OTAN, y el 64,93% votó no.La homogeneidad del sentido del voto es una de las conclusiones que permite extraer el resultado del referéndum. De los 51 municipios alaveses, sólo en seis de pequeño tamaño el derroto al no. En Vizcaya, el balance electoral fue favorable a la permanencia en la OTAN en dos pequeños municipios, sobre un total de 102. En Guipúzcoa, ni tino solo de los 83 ayuntamientos de la provincia arrojó un resultado mayoritariamente favorable al sí.

Los resultados por provincias arrojan pequeñas diferencias. El triunfo del no fue más abrumador en Guipúzcoa (68,22,%), casi coincide con la media de las; tres provincias en Vizcaya (64,22%) y es bastante inferior en Alava (59,47%). Resultaría difícil no establecer un paralelismo entre la mayor fortaleza y la relativa debilidad de la hegemonía nacionalista en Guipúzcoa y Álava y el carácter más o menos rotundo, respectivamente, del voto negativo en el referéndum.

Este hecho resulta evidente si se toman como ejemplo poblaciones en las que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) consiguió más del 70% de los votos en las últimas elecciones autonómicas. En la inmensa mayoría de ellas, los votos negativos en el referéndum se sitúan en torno al 70%, y en muchos casos superan este porcentaje. Tal resultado hubiera sido imposible sin un deslizamiento mayoritario y homogéneo de los votantes nacionalistas moderados hacia el no a la Alianza Atlántica, pese al pronunciamiento favorable del presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, y del líder del PNV, Xabier Arzalluz.

Es una incógnita la influencia que la posición del ex presidente del Gobierno autónomo Carlos Garaikoetxea, partidario de votar no, haya podido ejercer en este vuelco. Garaikoetxea habrá influido, sin duda, en el sentido del voto de muchos nacionalistas, pero también tuvo la habilidad de constatar de antemano que una parte de los seguidores del PNV no estaba dispuesta a avalar la permanencia en la OTAN y ponerse a la cabeza de esta corriente, que ha resultado francamente mayoritaria.

En cualquier caso, la argumentación de Garaikoetxea no pone en discusión el atlantismo del partido, y tiene más que ver con la expresión radical de reivindicaciones nacionalistas que en este momento resultaría incómodo para la dirección del PNV hacer suyas.

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Alivio

Con la excepción de Garaikoetxea, los políticos nacionalistas vascos moderados apenas pudieron ocultar en la noche del miércoles una sensación de alivio, tanto por el resultado global del referéndum como por el hecho de que Cataluña acompañara a Euskadi en el sentido mayoritario del voto negativo. Esta ultima circunstancia permitió al lendakari Ardanza y a Xabier Arzalluz -ninguno de los cuales se siente desautorizado por un resultado contrario al que hubieran deseado- interpretar el triunfo del no en ambas nacionalidades históricas como un mero voto de castigo al Gobierno central y al PSOE "por su política autonómica".

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