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Corazón Aquino piensa definir su Gobierno como "revolucionario"

La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, va a decretar próximamente que su Gobierno sea definido como "revolucionario", según declaraciones formuladas el domingo por su ministro de Asuntos Políticos, Antonio Cuenco."Dentro de algunos días, la presidenta Corazón Aquino declarará que en Filipinas hay efectivamente un Gobierno revolucionario", señaló Cuenco en el curso de una conferencia de prensa que tuvo lugar en Cebú, localidad situada en el centro del país.

El nuevo Gobierno filipino no puede reconocer la Constitución de 1973, pues es "la obra de un solo hombre", el ex presidente Ferdinand Marcos, precisó el ministro.

Un asistente de Salvador Laurel, vicepresidente filipino, había indicado el sábado pasado que se iba a proclamar dentro de tres meses una nueva Constitución para transformar el régimen actual en presidencial.

Por su parte, la presidenta Corazón Aquino hizo ayer un llamamiento a los filipinos para que den prueba de "un poco de paciencia" hacia el nuevo régimen. "Dadnos una posibilidad. Nos estamos esforzando para hacer las cosas lo mejor que podemos", declaró Aquino ante unas 4.000 personas reunidas frente al palacio de Malacañang, residencia del ex presidente Marcos, con ocasión del Día Internacional de la Mujer.

El ministro filipino de Asuntos Políticos anunció igualmente la creación de una comisión de amnistía para los guerrilleros comunistas, que se han hecho fuertes fundamentalmente en la región de Cebú. Los efectivos de la guerrilla del Nuevo Ejército del Pueblo, rama militar del Partido Comunista de Filipinas (formación política declarada ilegal) es de unas 16.000 a 18.000 personas.

La comisión de amnistía, según precisó Cuenco, "aportará asistencia a los rebeldes comunistas que quieran reinsertarse en la legalidad".

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Corazón Aquino ha lanzado un llamamiento a los rebeldes para suscribir el alto el fuego y entablar una negociación con vistas a un eventual reconocimiento legal del partido comunista, siempre que renuncien a la violencia.

La dirección de Cebú del partido comunista declaró ayer que no abandonará las armas, incluso después de una negociación para un alto el fuego.

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