Magistratura de Trabajo declara nulos los 13 despidos de Manufacturas Rodyalc
La Magistratura de Trabajo de San Sebastián ha declarado nulos los despidos de 13 trabajadoras de Manufacturas Rodyalc, de Rentería, que suspendió sus actividades por jubilación de su dueño, Emilio Rodríguez. Los dos hijos del propietario, Carlos y Eduardo Rodríguez Aramendi, empleados en la empresa de su padre, reemprendieron por su cuenta la actividad en Pinseque (Zaragoza). La sentencia condena a los tres empresarios a readmitir a las trabajadoras despedidas y retribuirles los atrasos salariales desde el cierre de la factoría.
Uno de los párrafos de la sentencia, hecha pública el 27 de febrero, aunque el juicio se celebró el 5 diciembre de 1985, dice: "Se ha dado en el mejor de los casos una sucesión de empresa y en el peor un mero traslado de la misma, buscando un clima económico y social menos conflictivo y más favorable a sus intereses. Sucesión o traslado que no extingue la relación laboral, quedando el nuevo empresario subrogado en los derechos y obligaciones laborales de la anterior". Los condenados pueden presentar recurso de casación ante el Supremo, pero no lo harán porque "no tenemos dinero".En la empresa Manufacturas Rodyalc, de Rentería, trababan 13 empleadas y los dos hijos del dueño. Éstos afirman que, "al jubilarse nuestro padre se extinguió todo tipo de relación laboral; nosotros éramos simples empleados en tareas directivas". Afirman también que estaban "hartos de no ser competitivos en el mercado nacional y de las múltiples huelgas".
Carlos y Eduardo Rodríguez dejaron la maquinaria y las instalaciones, y se trasladaron a Pinseque, para establecernos por nuestra cuenta". Explican que comenzaron "de cero, por lo que no se trata de una sucesión, tal como han querido plantear el problema". La nueva empresa lleva funcionando en el pueblo zaragozano desde el mes de septiembre.
Las trabajadoras despedidas consideraban que se trataba de la misma empresa, aunque con diferente nombre y titulares, por lo que el verano pasado se trasladaron a Zaragoza, donde protagonizaron diversas acciones de protesta para ser readmitidas y llevaron el caso a Magistratura. El juicio se celebró el pasado 5 de diciembre, y al mismo no asistieron los hermanos Carlos y Eduardo Rodríguez. "Unas 100 personas", afirman, "muchas de ellas pertenecientes a un grupo político llamado ESK-CUIS, que no conocíamos de nada, nos estaban esperando para apalearnos. Nuestro representante legal, Arturo Arcebal, que sí asistió, tuvo que ser protegido. Después del juicio fuimos nuevamente convocados para ampliar detalles y tampoco pudimos asistir por los mismos motivos". Carlos Rodríguez indica que "hablé con el magistrado y me dijo que nuestra no comparecencia iba en contra de nuestros intereses".
Los propietarios aseguran que no va a haber readmisiones y que están estudiando las indemnizaciones, "que serán cuantiosas, para ver si podemos hacer frente a las mismas".
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