_
_
_
_
LA RENOVACIÓN DEL ALTO TRIBUNAL

Francisco Tomás y Valiente, elegido presidente del Tribunal Constitucional por 9 votos de los 12 magistrados

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Francisco Tomás y Valiente, valenciano de 53 años, y magistrado del Tribunal Constitucional desde su fundación, en 1980, fue elegido ayer presidente de este organismo en primera votación. De los 12 miembros del alto tribunal, nueve escribieron en la papeleta el nombre de Tomás y Valiente, quien votó en blanco. Los dos votos restantes fueron para Francisco Rubio Llorente y Luis Díez-Picazo. La elección de vicepresidente -de la que no existían ayer predicciones fiables- se producirá -hoy por igual procedimiento que la del presidente y bajo la presidencia en funciones de Ángel Latorre.

Más información
En la 'extrema izquierda'

El antecesor de Tomás y Valiente, Manuel García-Pelayo, fue elegido en julio de 1980 con 9 votos a favor y uno en blanco (probablemente el suyo). Entonces, el tribunal estaba formado sólo por 10 miembros, porque aún no se había constituido el Consejo General del Poder Judicial, órgano que propone a los dos restantes magistrados de ese organismo. García-Pelayo fue reelegido en 1983, y dimitió el pasado enero por motivos de salud.Tomás y Valiente, en su primera comparecencia ante los informadores como presidente electo, reafirmó lo ya señalado por el anterior presidente, Manuel García-Pelayo, sobre el carácter jurídico del tribunal. Aseguró que aunque trate problemas de contenido político, "éste es un tribunal y estos problemas políticos los ha resuelto siempre con argumentos jurídicos, y por razones jurídicas, sin dependencias espurias que nunca han existido ni existirán".

Respecto a una reforma de la ley orgánica del Tribunal Constitucional encaminada a evitar la excesiva proliferación de cuestiones sobre las que ha de pronunciarse este alto órgano, Tomás y Valiente advirtió que "esta modificación no sería nunca de contenido político, sino de carácter técnico, para aprovechar tal vez la experiencia de los seis primeros años de este tribunal".

Recalcó también el nuevo presidente que no se trata de un nuevo tribunal, "porque las instituciones permanecen", dijo, "aunque cambien algunos de sus miembros".

Tomás y Valiente aceptó, sin embargo, que una vez que el Rey le nombre presidente y tome posesión, se iniciará una nueva etapa del alto tribunal y expresó su satisfacción por presidirlo. En especial se mostró orgulloso por la obtención de nueve votos en la primera votación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

"Estoy abrumado por la responsabilidad que se me viene encima", dijo Tomás y Valiente, "pero decidido a afrontarla con todas mis energías y con las de todos mis compañeros".

La amplia mayoría de votos obtenidos por Tomás y Valiente viene a satisfacer los deseos de los magistrados de mostrar cohesión en su primera decisión, y niega la existencia de divisiones de importancia en el seno del tribunal.

En todo caso la votación consolida, según estas fuentes, el consenso entre los ántiguos magistrados y los nuevos.

Al margen de este consenso, en fuentes jurídicas progresistas se saludaba ayer con satisfacción la elección de Tomás y Valiente, sobre cuyo prestigio jurídico e independencia no existen dudas en estos sectores.

Fuentes del propio Grupo Socialista mostraron, sin embargo, en las últimas semanas cierto temor a que la elección de Tomás y Valiente pudiera crispar a la derecha. En los sectores socialistas críticos o a la izquierda del PSOE se estimaba, por el contrario, que el temor del PSOE oficialista provenía más del riesgo de que la independencia de Tomás y Valiente le haga poco receptivo a los intereses o criterios del Gobierno.

Las primeras reacciones políticas oficiales proceden de la oposición conservadora y, aunque dejan a salvo las personas y no se refieren en concreto a Tomás y Valiente, no hay duda que el momento de emitir la opinión no deja lugar a dudas sobre su alcance. En una nota emitida ayer, tras la reunión de su comité ejecutivo, Alianza Popular considera que "el Tribunal Constitucional pierde credibilidad".

"Tercera instancia"

Según el vicepresidente de AP y experto en cuestiones jurídicas José María Ruiz Gallardón, "el alto tribunal se ha convertido en una tercera instancia que perturba el equilibrio constitucional". Como ejemplos citó la reciente sentencia dictada sobre los incidentes ocasionados por miembros de Herri Batasuna en febrero de 1981 en presencia del Rey en la casa de juntas de Guernica.Ruiz Gallardón preconizó una reforma de la Constitución en el apartado referente a este tribunal. Según él, el procedimiento de designación de los magistrados del Tribunal Constitucional ha supuesto una disminución de su "credibilidad objetiva".

Por su parte, el Partido Demócrata Popular (PDP), en una nota similar, estima que la nueva composición, del Tribunal Constitucional no refleja la independencia que proclama la ley orgánica de este organismo, "sino la proximidad a la mayoría parlamentaria y de Gobierno".

El PDP deplora el comportamiento del Gobierno y la mayoría socialista, "que han supeditado", dice, "intereses básicos de credibilidad y eficacia del sistema democrático a unos intereses puramente partidistas".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_