Jerry Hayes,
un diputado conservador británico, se quejó ante la Cámara de los Comunes del libertinaje que, en su opinión, impera en la British Rail (Ferrocarriles Británicos) y del bochorno que habían pasado él y un "prominente miembro" de la familia real cuando en un viaje eran molestados por "gruñidos y gemidos" que salían de un compartimiento próximo al de ellos. "Ella", explicó refiriéndose al "prominente miembro", Ilamó al revisor y éste fue al compartimiento de donde salían los ruidos, pero la puerta estaba cerrada. Entonces abrió con su llave y vio a una pareja desnuda. Sus cuerpos estaban vestidos únicamente con un billete de primera clase". Las quejas del diputado indignaron a todos sus compañeros de partido porque no ocultó ningún detalle de la situación que había contemplado.