60 niños de Zarzalejo dan clase en un local vecinal por estar la escuela en ruinas

Sesenta alumnos del colegid del barrio de la estación de Zarzalejo, localidad madrileña de unos 1.000 habitantes, han enviado un escrito a las autoridades académicas en el que denuncian que desde el pasado mes de noviembre se ven obligados a seguir sus clases en el local de la asociación de vecinos porque su colegio está en ruinas. "Desde entonces estamos esperando una respuesta concreta de la Dirección Provincial de Educación", afirma al respecto el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Manuel Ventura, que entiende que la única solución es construir otro colegio.

Un grupo de niños del colegio del barrio de la estación de Zarzalejo, localidad de unos 1.000 habitantes situada a unos 60 kilómetros al oeste de Madrid, cerca de El Escorial, ha enviado a la dirección provincial de Educación un escrito quecomienza así: "Estamos en un grave aprieto. Estábamos en una escuela que había tres aulas para ocho cursos y preescolar. En total éramos 60 alumnos. Un día fueron los albañiles a arreglar el tejado y dijeron que el colegio se iba a caer. Vinieron los representantes del ministerio y examinaron los muros y el tejado y lo dieron por derrumbado. También el aparejador del pueblo lo dio por derrumbado".Desde el mes de noviembre la escuela está cerrada por amenaza de ruina, y los niños se ven obligados a seguir sus clases en el local de la asociación de vecinos, inadecuado por completo para este fin.

El concejal de Cultura, Mariano Ventura, declaró que desde noviembre están esperando una respuesta concreta por parte de la dirección provincial de Educación sobre el futuro escolar de estos 60 niños. Zarzalejo cuenta con dos escuelas públicas, construidas una en 1929, en el casco urbano, y otra en 1946, en el denominado barrio de la estación, con fondos municipales.

Para el concejal, la única solución es la construcción de un tercer colegio, que albergue a los niños del que se ha cerrado por ruina y del que todavía funciona, que tampoco reúne condiciones aceptables.

A principios de noviembre, cuando se realizaron trabajos para tapar unas goteras, se advirtió que el edificio presentaba señales de ruina evidente, apreciación que fue confirmada por técnicos de la dirección provincial y del Ayuntamiento.

Respecto a los 60 niños afectados, la solución provisional que se adoptó én aquel momento fue habilitar como aulas una sal a de un edificio moderno utilizada por la asociación de vecinos. La sala se dividió en tres aulas separadas con tableros de aglomerado. El concejal declaró que: "Lógicamente, no se puede hablar de que esa instalación sea un aula. El espacio es muy pequeño. Los niños apenas pueden moverse y tienen que levantarse los de toda una fila si uno de ellos debe salir"

"Las conversaciones o las explicaciones de un profesor se escuchan en las otras dos aulas", añadió Mariano Ventura."No se pueden hacer trabajos manuales de ningún tipo, y la única calefacción que hemos podido instalar es una estufa de leña que, poco a poco, llena de humo toda la sala". "El rendimiento escolar tiene que ser muy bajo a la fuerza", concluyó el concejal.