_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Bases

Lo que está ocurriendo aquí es un asunto de bases. No sólo el dilema mareante de tener que elegir entre las futuras bases otánicas, que son estratégicamente americanas, y las actuales bases americanas, que serán estratégicamente otánicas. Hablo de las bases políticas propiamente dichas. La rebelión de las bases debería titularse esto si la maqueta inflexible de la columna admitiera varias palabras.En la época de Ortega, -un día las masas decidieron hacer caso omiso de las directrices de las elites y se dedicaron a ocupar las plateas de los privilegiados, a consumir sin recato y a llenarlo todo. La rebelión de las masas provocada por la segunda industrialización fue un caso de desobediencia civil de las clases medias, el primero y el único. La rebelión de las bases originada por los idus de marzo es el primer caso de desobediencia civil de las clases politizadas desde la transición, pero no será el último.

Lo de menos en este maldito embrollo es que haya unos tipos más o menos conocidos que digan públicamente nones, bueno, apáñatelas como puedas o viva Cartagena. Lo novedoso es que las bases ya no obedecen las consignas de sus líderes, de sus siglas del alma, de sus congresos anuales, de sus pegatinas electorales. Y justamente porque las bases andan en estado de rebeldía recurren a las firmas. Es el principio gris de subsidiariedad. Surgen los manifiestos cuando escasean los manifestantes.

El tormento del PSOE es que le fallan sus votantes y los viejos carnés en el momento del sí, incluso del psi. El vértigo de Coalición Popular es que sólo un ridículo tanto por ciento de su electorado y cotizantes acepta las órdenes sargentonas de Fraga. El drama de los comunistas es que votarán como un solo hombre el 12, pero continuarán el 13 jugando a la ruleta rusa de los güelfos y los gibelinos. Y así sucesivamente. Los líderes proponen algo y las bases deciden lo contrario. No importa el resultado de referéndum. Lo sorprendente es que en los países europeos la desobediencia civil es asunto de minorías, pero aquí empieza a ser cosa de masas. Y eso anuncia el fin de lo político.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_