Anatoli Charanski,
que protagonizó la semana pasada un espectacular canje de espías, y su esposa, Avital, han de cumplir con el precepto judío que establece que los recién casados disfruten de una luna de miel, tras sus 12 años de separación, según le comunicaron los dos rabinos jefes al darle la bienvenida a Israel. La pareja sólo estuvo junta una noche en Moscú, después de haber contraído matrimonio en 1974.
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