Feminismo

Me he quedado literalmente de piedra al leer la columna firmada por Isabel Llorens y titulada Historia de una moderna, que acompaña a la crónica del juicio celebrado en Murcia contra Mari Carmen Olmos, Isabel Conesa y Carmen Miñano, acusadas por el delito (¿?) de aborto. En dicho artículo se afirma: "[Mari Carmen] ( ... ) era deslenguada, lo que no ayudaba a recomponer la imagen piadosa que demandaban policía, feministas y jueces". No quiero caer en hacer juicios de intenciones sobre qué es lo que ha pretendido Isabel Llorens al escribir esta frase. Pero sí le puedo asegurar que tal afirmación es absolutamente aberrante. Las feministas siempre hemos defendido el derecho a abortar de todas las mujeres que lo decidan, al margen de que su vida se ajuste o no a lo que esta mojigata e hipócrita sociedad patriarcal diga. Las feministas permanentemente denunciamos la hipocresía social, el conformismo en el que se nos educa a las mujeres, la sumisión y la aceptación de que "no sólo hay que ser honrada, sino parecerlo".A Mari Carmen la defendimos las feministas cuando fue violada, y exigimos castigo para Juan A. María Sánchez (a quien ella reconoció como su violador), e igualmente lo hicimos cuando, por ejercer el derecho al aborto, fue detenida y encarcelada. Ante la celebración del juicio, la Coordinadora de Organizaciones Feministas del Estado Español, reunida en Madrid, informada por el Colectivo Feminista de Murcia, acordó desarrollar todas las acciones posibles para exigir su absolución. Además de enviar telegramas a la Audiencia Provincial de Murcia, el pasado día 12, las feministas de Madrid realizamos una concentración ante el Ministerio de Justicia, fuimos recibidas por el jefe del Gabinete del ministro y detuvimos la circulación durante media hora. (Todo ello sin que EL PAÍS, que recibió puntual información, se hiciera eco de las noticias.) La afirmación de la columnista es aberrante además porque jamás el comportamiento de las feministas, ni cuando hemos defendido el derecho al aborto ni cualquiera otro de los derechos de las mujeres, nos hemos alineado con policías y jueces. Más bien los hemos tenido enfrente.-