El Gobierno de Corea del Sur endurece la represión contra la oposicion, que exige elecciones presidenciales directas
El Gobierno del presidente de Corea del Sur, Chun Doo Hwan, incrementó ayer su represión contra la oposición democrática, que exige una legislación que garantice la celebración de elecciones presidenciales directas en lugar del actual sistema electoral colegiado. Kim Young Sam, uno de los principales políticos del país, fue detenido en Seul tras acusar al Gobierno de imponer "un virtual estado de ley marcial", al tiempo que la policía registraba las oficinas del Consejo para la Promoción de la Democracia (CPD). Varios centenares de soldados rodeaban la casa de otro dirigente opositor, Kim Dae Jung, tras su detención domiciliaria el pasado miércoles.
Kim Young Sam, de 58 años de edad, fue detenido en la calle, en Seúl delante de la sede del CPD, organismo que aglutina a las fuerzas de oposición al régimen, cuando acusó al Gobierno de imponer "un virtual estado de ley marcial". Tras un enfrentamiento entre amigos del político y algunos de los 100 policías que custodiaban el edificio, Kim Young Sam fue llevado en un coche policial a su casa, para ser liberado unas horas más tarde. Posteriormente, unos 30 agentes de paisano registraron la sede del CPD en busca de los nombres de los firmantes de una petición que pide un cambio en la ley electoral.Kim Dae Jung, de 60 años, fue sometido el miércoles a detención domiciliaria por firmar este documento. Kim fue ex candidato a la presidencia y volvió al país en 1985 tras dos años de exilio en EE UU, pero no puede tomar parte en actividades políticas como consecuencia de una condena por sedición.
"Actos de una dictadura"
En otro punto de la capital, unos 500 agentes cerraron los accesos a la sede del Partido Democrático Nueva Corea (PDNC), la principal formación opositora. Fuentes judiciales afirman que la policía piensa interrogar a 80 miembros del partido para averiguar si firmaron el documento. Un portavoz del PDNC afirmó que "éstos son los actos de una dictadura", y declaró que el partido pedirá una sesión del Parlamento para protestar contra las medidas.Kim Young Sam y unas 200 personalidades políticas lanzaron el miércoles una campaña para reunir 10 millones de firmas y presionar a Chun para que cambie la ley que rige las elecciones presidenciales: quieren comicios directos, que sustituyan al colegio electoral de 5.000 personas que, según las normas actuales, debe nombrar al presidente. Chun, un ex general del Ejército que tomó el poder en un golpe de Estado en 1980, ha afirmado repetidamente que dejará la presidencia en 1988, pero la oposición teme que, incluso sí cumple su promesa, nombrará a otro militar como sucesor. "Por eso queremos cambiar la Constitución ahora, para tener elecciones directas que designen a un sucesor de Chun", declaró un funcionario del PDNC.
El Gobierno se ha enfrentado a esta iniciativa con contundencia. Fiscales del Estado afirman que la campaña puede quebrantar el orden social, y han advertido que los firmantes del documento se exponen a penas de prisión de hasta siete años. El presidente Chun declaró ayer que los próximos tres años pueden ser decisivos para el país para decidir su futuro y declaró que el Gobierno se empleará con dureza contra "aquellos que hacen caso omiso de las leyes y se entragan a actividades antidemocráticas". El régimen militar de Chun admite elementos de democracia parlamentaria vigilada.
El secretario general del Partido Democrático Justicialista (PDJ), del Chun, ha declarado que la campaña es "una negación del proceso parlamentario". Según la Constitución, sólo el presidente o el Parlamento -dominado por el presidente- pueden promover cambios constitucionales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.