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El reparto del dividendo del Banco Hispano Americano dependerá del volumen que la entidad destine a provisiones

El presidente del Banco Hispano Americano, Claudio Boada, presentará a finales de este semana, con bastantes días de retraso respecto a lo que debería haber hecho, el balance y cuenta de resultados del tercer banco nacional al Banco de España. El objetivo de Boada es conseguir que la autoridad monetaria no ponga reparos a que se reparta una cantidad más o menos simbólica entre los accionistas, como dividendo. Claudio Boada presentará un balance de gestión del ejercicio de 1985 en el que destaca la reducción de la plantilla del Hispano en más de 700 personas, la desinmovilización del activo del banco por valor de 32.000 millones de pesetas y profundos cambios un la estructura del Consejo de Administración y de los principales puestos de confianza del banco. La desinmovilización de activos se ha realizado mediante la venta del edificio que iba a ser la sede central de la entidad, la de las participaciones minoritarias que mantenía en algunos bancos como el Herrero y el Banco Árabe Español, la de los bonos convertibles en acciones que tenía del Commerzbank, así como las participaciones en empresas ajenas al sector como la compañía de seguros La Estrella o Carbonell. Estas ventas parece que han proporcionado unas plusvalías, no repetibles en años sucesivos, superiores a los 5.000 millones de pesetas.

Las cuentas reflejan unos resultados antes de provisiones y amortizaciones de 36.000 millones de pesetas, de los que 4.000 millones se destinarán a amortizaciones y 2.000 millones más a amortizaciones de acciones que el Hispano tenía valoradas al nominal cuando su valor real era mínimo. Los cálculos que el presidente del Hispano propondrá al Banco de España -la autorización no es preceptiva, pero parece que nadie tratará de hacer algo en contra de las posibles indicaciones de la autoridad monetaria- para poder repartir dividendo son que de los 30.000 millones restantes, en torno a 23.000 millones deberían destinarse a provisiones, internas y de riesgo-país, quedando un resto de casi 8.000 millones de pesetas para el pago de impuestos, las reservas y el hipotético dividendo.

Los 23.000 millones de provisiones cubrirían, según los expertos del Hispano, los mínimos exigidos por las distintas circulares del Banco de España. En este sentido, el porcentaje de cobertura del riesgo-país quedaría en torno al 6%. del riesgo total, lo exigido por la circular del Banco de España, aunque las recomendaciones verbales elevan este porcentaje hasta el 10%.

El reparto del beneficio después de impuestos, entre reservas y dividendo, dependerá al final, una vez que se acepten los volúmenes de provisiones propuestos por el Banco Hispano, del grado de cumplimiento del coeficiente de garantía que establece la relación que debe existir entre fondos propios -capital y reservas- y el volumen del activo.

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