Sarabia cerró la goleada del Athlétic

La presencia en el campo de Manolo Sarabia, tras un mes de ausencia, era, sobre el papel, el principal atractivo del partido de ayer. Sarabia estuvo bien, incluso muy bien, pero, para los aficionados al fútbol asiduos a San Mamés, lo verdaderamente noticioso fue que, por primera vez, o casi, en lo que va de temporada, el Athlétic no jugó a gorrazos. Es verdad que el rival era un Segunda, que la eliminatoria se encarrilé pronto, que el estado del terreno, que patatín y patatán... Pero lo cierto es que hacía mucho que no se veía a los rojiblancos mover la pelota al primer toque, ensayar paredes para penetrar en el área, desmarcarse, rasear el balón; en fin, jugar al fútbol.El Castellón, que mantiene sus aspiraciones al ascenso y que el próximo domingo tiene un importante compromiso frente al Murcia, se entregó pronto y eso favoreció el buen juego local, asentado en el triángulo Patki-Goikoetxea-De Andrés.

Ibeas, muy activo atrás y delante, Viña y el hábil Alcañiz, que le hizo un caño a Goikoetxea, lo que no es moco de pavo, fueron los más destacados del Castellón, que, por lo demás, exhibió cierto acoquinamiento.

Hubo rencorosos que se empeñaron en silbar a Sarabia cada vez que el de Gallarta tocaba la pelota, pero la ovación con que le despidió San Mamés cuando fue sustituido por Dan¡ vino a hacer justicia a su excelente partido. Jugó e hizo jugar, mal que les pese a quienes siguen pensando que todo lo que no sea tratar el balón a gorrazos es un síntoma de decadencia de la raza.