Roca y la democracia

Miquel Roca pronunció recientemente, según transcripción de este diario, una frase de dudosa galanura formal, aunque no por ello menos lapidaria: "Democracia es también renunciar a aquello que se puede hacer pero que puede herir al propio equilibrio democrático". Refiriéndose al referéndum sobre la permanencia en la OTAN, aludía a lo que en ocasiones puede hacer una mayoría absoluta, pero que ha de abstenerse de hacer para no infringir otras reglas, de rango quizá inferior, pero bastante inviolables en un régimen democrático bien asimilado: la del derecho de las minorías y la del pluralismo.Roca tiene toda la razón. Se la doy de muy buen grado desde mi condición de miembro del Parlament catalán, donde formo parte de las minorías de la oposición, sometidas desde hace más de año y medio al arbitrio de la mayoría absoluta de Convergència i Unió (CiU). Ahí la mayoría absoluta ha adoptado decisiones de tipo procesal o deliberante que, perfectamente legítimas en uso a derecho, han herido, sin embargo, al equilibrio democrático por ignorar el derecho de las minorías y el principio del pluralismo. Puedo aducir numerosos ejemplos, como la obstrucción a la celebración de debates monográficos de interés general -sobre enseñanza, sanidad o, más recientemente, la crisis del Gobierno de Pujol- y las votaciones en que el grupo de CiU se ha quedado absolutamente solo frente al resto del arco parlamentario.-

Diputado socialista en el Parlament.