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Decenas de muertos en Haití, en un clima de represión generalizada

El presidente vitalicio de Haití, Jean-Claude Duvalier, intentó ayer poner freno a la oleada de protestas que recorre el país decretando el toque de queda en Cabo Haitiano, la segunda ciudad de la nación, donde el viernes pasado se registró una manifestación de unas 40.000 personas, la más importante de la historia de la protesta contra el régimen. El número de muertos desde la implantación de¡ estado de sitio, el pasado día 1, es de varias decenas, pudiendo llegar, según algunas fuentes, al medio centenar, con un número mucho mayor de heridos.

Las autoridades han temido que en Cabo Haitiano se produjesen ayer nuevas manifestaciones con ocasión del undécimo aniversario de la consagración del obispo de la ciudad, François Gayot, presidente de la Conferencia Episcopal Haitiana, y se decretó el toque de queda desde las siete hasta las 13 horas locales. Sin embargo, en las últimas horas la situación en la ciudad y en la capital de Haití, Puerto Príncipe, donde el viernes se registraron 20 muertos, era de una tensa expectativa, mientras la policía seguía practicando detenciones por centenares. De otro lado, el portavoz del Gobierno, Guy Meller, convocó ayer en Puerto Príncipe a la Prensa extranjera para dar a conocer la orden del Ministerio del Interior y de Defensa prohibiendo a los periodistas abandonar la capital.El establecimiento por el régimen duvalierista de 30 días de estado de sitio permite a la policía generalizar la represión, informa desde Puerto Príncipe nuestro enviado especial, José Comas.

En el depósito de cadáveres de Puerto Príncipe se usaba el sábado sólo uno de los dos generadores del frigorífico, lo que permite deducir que el máximo de cadáveres almacenados en aquel momento era de unos 30. Los disturbios ya se habían extendido, sin embargo, al resto de la isla.

Durante el viernes llegaron a la capital gran número de ambulancias con heridos procedentes de toda la isla. El conductor de una ambulancia procedente de la ciudad de Saint Marc, a 100 kilómetros de la capital, afirmó al llegar a Puerto Príncipe: "Los hospitales están abarrotados".

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