Petición al PCI para que su ambición política no le haga perder su identidad revolucionaria
Un centenar de intelectuales, entre políticos, escritores, sociólogos, teólogos, economistas y personajes de la cultura, entre ellos un grupo muy nutrido de magistrados, han dirigido una carta abierta al Partido Comunista Italiano (PCI) con motivo de su congreso nacional, previsto para el próximo abril. En ella piden al prestigioso partido de izquierdas italiano que no venda por un plato de lentejas, es decir, por su entrada en el Gobierno, su derecho de progenitura, o sea, su identidad revolucionaria.El senador Raniero la Valle, una de las personalidades de mayor prestigio del mundo católico elegidas en las listas del partido comunista, explicó al presentar la carta que no se trata de un manifiesto de grupos pacifistas, sino de una llamada al PCI para que sepa, en este momento dificil de su historia, estar a la altura de las necesidades de la sociedad italiana. Según La Valle, el PCI, que está jugando todas sus cartas para poder entrar a formar parte del Gobierno, no debe nunca olvidar que "un partido puede formar parte de un Gobierno, pero que un Gobierno nunca será un partido".
¿Es aún el PCI un partido revolucionario? En este caso, ¿cuál es la única revolución posible tras las de la burguesía y la del proletariado? Según los firmantes de la carta, la gran revolución que el mundo necesita hoy, y a la que puede contribuir el PCI es "la salida del dominio de la guerra", ya que la política actual está fundada sobre la imagen del otro como enemigo.
Los firmantes del manifiesto convocan a favorecer todo lo que sean relaciones internacionales e internas, no sobre la base de la inevitabilidad de la enemistad entre los hombres, sino sobre la esperanza del encuentro.
Sobre este punto, el vicepresidente del senado Adriano Ossicini, que es además catedrático de Psicología, ha recordado que el mismo Sigmund Freud, en sus cartas a Albert Einstein, se movía en la línea de la oscuridad de la guerra como cultura creativa para la humanidad y liberadora para el hombre y su conciencia.
Frente a la preocupación del mundo por combatir el terrorismo, el magistrado Salvatore Senese recuerda que éste no es otra cosa que el fruto enloquecido de un sistema basado en el dominio de la guerra y no en la lógica de la humanización de las relaciones.
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