Mejías no entiende su exclusión de la titularidad en el Atlético

J. D. G., Mejías, el portero del Atlético de Madrid que sustituyó a Fillol en los últimos tres meses y que de nuevo fue postergado por el entrenador Luis Aragonés a la suplencia, el pasado domingo, tras la recuperación del internacional argentino, afirmó ayer. "No quiero hablar porque lo mismo digo una tontería y sería perjudicial para mí y el equipo. Cuando Luis ha obrado así, sus razones tendrá. Yo sólo digo que ahí están los resultados y que la gente juzgue".

Mejías ha vuelto a hacer números y se limita a recordarlos: "He jugado 12 partidos de Liga, cinco de ellos en el Calderón, con un solo gol en contra, y siete fuera, en los que encajé nueve; dos de la Recopa, con el Bangor, sin recibir ningún tanto, y también el choque de vuelta de la Supercopa, en Barcelona, donde, a pesar de perder por 0- 1, conseguimos el trofeo".Ahora, cuando ha vuelto a la suplencia, recuerda: "He demostrado que puedo ser útil en el Atlético". 'Ahí están los resultados", insiste. Mejías asegura no sentirse preocupado por el regreso de Fillol, sino "sorprendido porque no esperaba que se me relegara al banquillo exactamente en su primera concentración. Si hubiese sido en algún partido de fuera, todavía podría rebuscar algún motivo de explicación interior, pero lo más extraño es que en el Calderón he mantenido una buena línea".

Se enteró de su exclusión cuando Luis dio el equipo contra el Cádiz a todo el grupo, en el hotel, horas antes de¡ inicio del partido, sin que en ningún momento el técnico considerase oportuno explicarle nada a título individual: "No tengo que pedirle ninguna explicación y él tampoco está obligado a hacerlo si no quiere".

No hay quien le saque públicamente lo que piensa. Incluso asegura: "Será muy difícil que lo diga algún día. Soy un profesional, tengo que acatar las decisiones del técnico y demostrar que no me he hundido, que voy a seguir peleando para hacerle pensar más al entrenador y que, de una vez, me dé su confianza".

A Mejías sólo se le escapan, aunque de manera suficientemente gráfica, dos frases que sintetizan lo que piensa sin necesidad de que lo exprese: "Sus motivos tendrá Luis", es la primera. Y la segunda, la que siempre está en sus labios: 'Ahí están los resultados".